11/07/2018, 19:20
En la primera caja el jovencito encontró un tablero de shōgi desgastado con todas sus piezas, una baraja de uta-garuta y un cuaderno de dibujo amarillento.
En el segundo se topó con toda una pila de recuerdos: varias fotos, algunas enmarcadas, otras desprotegidas. Unas estaban mucho más desgastadas que otras, como si las hubiesen manoseado repetidamente. Pero todas tenían algo en común: en ellas se podía ver a un hombre y una mujer en distintas situaciones.
El hombre, de pelo corto y barba poblada, poseía un color de cabello y vello muy similar al de Karma. Era tan alto como ancho, y siempre aparecía con una sonrisa de oreja a oreja que le hacía parecer un buenazo. Sus ojos eran pequeños y oscuros. La mujer era esbelta, de estatura media, delgada y dolorosamente bella, de melena rosada y ojos penetrantes tono azul claro. Aunque sus atributos femeninos eran más bien escasos, sus facciones de ángel y su cuerpo de modelo daban lugar a una combinación que muchos considerarían perfecta.
Habían fotos de ellos en el interior de una verdulería, en el día de su boda, en su luna de miel en Yamiria, en ese mismo salón... siempre pegados y sonrientes. La desconocida parecía más fría y seria que el barbudo a juzgar por su semblante habitual, pero su lenguaje corporal y la forma en la que lo abrazaba delataba lo apegada que estaba a él.
Ringo también halló un sobre arrugado entre los retratos.
De pronto se escuchó un quejido de gato proveniente del piso superior, y poco después a Karma, maldiciendo en voz alta.
En el segundo se topó con toda una pila de recuerdos: varias fotos, algunas enmarcadas, otras desprotegidas. Unas estaban mucho más desgastadas que otras, como si las hubiesen manoseado repetidamente. Pero todas tenían algo en común: en ellas se podía ver a un hombre y una mujer en distintas situaciones.
El hombre, de pelo corto y barba poblada, poseía un color de cabello y vello muy similar al de Karma. Era tan alto como ancho, y siempre aparecía con una sonrisa de oreja a oreja que le hacía parecer un buenazo. Sus ojos eran pequeños y oscuros. La mujer era esbelta, de estatura media, delgada y dolorosamente bella, de melena rosada y ojos penetrantes tono azul claro. Aunque sus atributos femeninos eran más bien escasos, sus facciones de ángel y su cuerpo de modelo daban lugar a una combinación que muchos considerarían perfecta.
Habían fotos de ellos en el interior de una verdulería, en el día de su boda, en su luna de miel en Yamiria, en ese mismo salón... siempre pegados y sonrientes. La desconocida parecía más fría y seria que el barbudo a juzgar por su semblante habitual, pero su lenguaje corporal y la forma en la que lo abrazaba delataba lo apegada que estaba a él.
Ringo también halló un sobre arrugado entre los retratos.
De pronto se escuchó un quejido de gato proveniente del piso superior, y poco después a Karma, maldiciendo en voz alta.