12/07/2018, 02:41
No había de qué disculparse. Al contrario, Ringo había aprovechado el tiempo de espera a las mil maravillas.
Al fin con todo listo, kunoichi y aprendiz a shinobi partieron rumbo a la playa. Les llevó más de media hora llegar, y pronto comprobaron que no eran los primeros. Ni mucho menos serían los últimos, por cómo se estaba llenando. Había shinobis en sus días de descanso. Familias con niños pequeños. Y, especialmente, jubilados. Ninjas retirados por la edad. Algunos por la desgracia, sin un brazo o una pierna. Siempre que los veía, a Ringo se le quitaban las ganas de ser ninja.
—Este parece buen sitio —anunció, no muy cerca de la orilla, donde los niños solían jugar, pero tampoco muy lejos. Abrió la mochila y le prestó una toalla a Karma, de color lila. La suya, roja carmesí, la extendió sobre la arena de cara al sol, y no hacia el mar, como muchos erraban—. El primer truco para conseguir un moreno homogéneo y bueno es ponerte de cara al sol, Karma. Muy importante. Nunca lo olvides. —Se sacó la camiseta y la gorra, introduciéndolas en la mochila, y abrió el bote con la crema solar, que empezó a aplicarse en cara; cuello; hombros; torso; como pudo por la espalda…; y piernas—. Y dime, Karma-chan. ¿Está mi instinto detectivesco oxidado, o vives sola?
Era hora de comprobar en qué había fallado y en qué no.
Al fin con todo listo, kunoichi y aprendiz a shinobi partieron rumbo a la playa. Les llevó más de media hora llegar, y pronto comprobaron que no eran los primeros. Ni mucho menos serían los últimos, por cómo se estaba llenando. Había shinobis en sus días de descanso. Familias con niños pequeños. Y, especialmente, jubilados. Ninjas retirados por la edad. Algunos por la desgracia, sin un brazo o una pierna. Siempre que los veía, a Ringo se le quitaban las ganas de ser ninja.
—Este parece buen sitio —anunció, no muy cerca de la orilla, donde los niños solían jugar, pero tampoco muy lejos. Abrió la mochila y le prestó una toalla a Karma, de color lila. La suya, roja carmesí, la extendió sobre la arena de cara al sol, y no hacia el mar, como muchos erraban—. El primer truco para conseguir un moreno homogéneo y bueno es ponerte de cara al sol, Karma. Muy importante. Nunca lo olvides. —Se sacó la camiseta y la gorra, introduciéndolas en la mochila, y abrió el bote con la crema solar, que empezó a aplicarse en cara; cuello; hombros; torso; como pudo por la espalda…; y piernas—. Y dime, Karma-chan. ¿Está mi instinto detectivesco oxidado, o vives sola?
Era hora de comprobar en qué había fallado y en qué no.