17/07/2018, 19:00
Kunie se echó ligeramente hacia atrás para acomodar su postura al tiempo que colocaba cuidadosamente ambas manos sobre la mesa, alrededor de su taza, con los dedos ligeramente entrelazados. Cuando volvió a hablar, su voz fue apenas un siseo, pero que llegó a los oídos de Datsue como si proviniese de todas partes y de ninguna al mismo tiempo. La tímida lámpara del techo titiló durante unos instantes.
—Eres leal a tu amigo, y eso es bueno, Datsue —concedió la kunoichi—. La lealtad es un rasgo útil. Pero lo que necesito de ti ahora no es compañerismo ciego... Es que pienses.
La mujer se inclinó ligeramente hacia el joven Uchiha, como si quisiera hacerle concesión de un secreto. Desde aquella distancia Datsue fue capaz de captar el dulce aroma a flores que desprendía Kunie.
—Curioso, ¿no? Seguro que nunca has conocido a un ninja más leal y profesional que el joven Akame. Siempre dispuesto, siempre disciplinado. Ya desde la Academia era un muchachito tan avanzado para su edad...
»¿Quién sospecharía de él? Nadie tendría motivos para poner a prueba su compromiso con la Villa, ¿verdad?
Kunie se reclinó, volviendo a su posición inicial mientras relamía sus siguientes palabras.
—Tengo entendido que Sarutobi Hanabi y Uchiha Raito tuvieron sus dudas en cierto momento —soltó, de repente—. Fue una suerte que el joven Akame no dudase en ofrecerles la respuesta correcta.
—Eres leal a tu amigo, y eso es bueno, Datsue —concedió la kunoichi—. La lealtad es un rasgo útil. Pero lo que necesito de ti ahora no es compañerismo ciego... Es que pienses.
La mujer se inclinó ligeramente hacia el joven Uchiha, como si quisiera hacerle concesión de un secreto. Desde aquella distancia Datsue fue capaz de captar el dulce aroma a flores que desprendía Kunie.
—Curioso, ¿no? Seguro que nunca has conocido a un ninja más leal y profesional que el joven Akame. Siempre dispuesto, siempre disciplinado. Ya desde la Academia era un muchachito tan avanzado para su edad...
»¿Quién sospecharía de él? Nadie tendría motivos para poner a prueba su compromiso con la Villa, ¿verdad?
Kunie se reclinó, volviendo a su posición inicial mientras relamía sus siguientes palabras.
—Tengo entendido que Sarutobi Hanabi y Uchiha Raito tuvieron sus dudas en cierto momento —soltó, de repente—. Fue una suerte que el joven Akame no dudase en ofrecerles la respuesta correcta.