17/07/2018, 20:14
Datsue aguantó, estoico, las flechas hirientes que Tome le lanzaba al pecho. Al orgullo. Al amor propio. Era como un crío abofeteado por un adulto y que a duras penas reprimía sus lágrimas. Tal era la diferencia que había entre los dos. Y entonces, lo comprendió. Comprendió que había dado con esa persona, con esa mujer u hombre que todo el mundo tiene ligado como destino. ¿Su media naranja? Eso eran fábulas para tontos. No, con lo que él había dado era…
…con la horma de su zapato. Y es que aquella mujer era más inteligente, más carismática, mejor en ilusiones y con más labia que él mismo. Capaz de darle la vuelta a sus antaño infranqueables palabras y volverlas en su contra. Tome era una fortaleza. Una fortaleza que no se podía conquistar.
Y entonces llegó la puntilla. Una verdad que Datsue había sospechado, y temido, y que había tratado de ocultar en un recóndito y escondido lugar de su cabeza, como todo aquello que no le interesaba. Que no le gustaba. Que le dolía.
«No… Solo es una media verdad», comprendió, de pronto. Semanas atrás, había creído que Akame había elegido a la Villa por encima de su Hermano. Ahora…
Ahora lo veía. No era a la Villa. Sino a algo más.
—Ya veo… Ya veo… —dijo, resignado. Emitió el suspiro más largo del mundo—. Ya veo.
La cabeza le cayó hacia adelante y se le hundieron los hombros. Era la viva imagen de alguien derrotado.
—Por qué… —alcanzó a murmurar—. ¿Por qué me cuentas esto?
…con la horma de su zapato. Y es que aquella mujer era más inteligente, más carismática, mejor en ilusiones y con más labia que él mismo. Capaz de darle la vuelta a sus antaño infranqueables palabras y volverlas en su contra. Tome era una fortaleza. Una fortaleza que no se podía conquistar.
Y entonces llegó la puntilla. Una verdad que Datsue había sospechado, y temido, y que había tratado de ocultar en un recóndito y escondido lugar de su cabeza, como todo aquello que no le interesaba. Que no le gustaba. Que le dolía.
«No… Solo es una media verdad», comprendió, de pronto. Semanas atrás, había creído que Akame había elegido a la Villa por encima de su Hermano. Ahora…
Ahora lo veía. No era a la Villa. Sino a algo más.
—Ya veo… Ya veo… —dijo, resignado. Emitió el suspiro más largo del mundo—. Ya veo.
La cabeza le cayó hacia adelante y se le hundieron los hombros. Era la viva imagen de alguien derrotado.
—Por qué… —alcanzó a murmurar—. ¿Por qué me cuentas esto?
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado