24/07/2018, 17:06
El joven jōnin asintió ante la confirmación de su compadre. Sí, el criminal llamado como El Jefe evidentemente estaba involucrado en todo aquello; ¿hasta qué punto? Sólo había una manera de averiguarlo...
«A Yamiria es, pues...»
Aquella súbita revelación le había sentado como un soplo de aire fresco. Como una luz en la oscuridad. Sin quererlo, Akame había aligerado el paso y ahora sus pies parecían dispuestos a andar varios kilómetros más, en lugar de simplemente pedir a base de dolor un buen descanso en la posada más cercana.
Sin embargo, la siguiente pregunta de Datsue le sacó de sus pensamientos. Akame fumó otra calada con aire de tipo duro, aunque le salió bastante mal.
—Hice un "viajecito" a Mori no Kuni, concretamente a los Templos Abandonados. Según los apuntes de un viejo profesor de la Universidad de Taikarune, un historiador, o arqueólogo, o algo así, allí debía encontrarse un templo especialmente dedicado a Uróboros.
El Uchiha hizo una pausa en su relato para volver a fumar.
—Allí fue donde conocí a Uchiha Ralexion-san. Se ofreció a guiarme hasta allí y me ayudó también a entrar en el templo y escapar con vida... Y con una gema muy parecida a la que llevaba ese desgraciado de Iekatsu —agregó—. Sin embargo, al salir, el de las cicatrices y sus hombres nos tendieron una emboscada. Nos cogieron por sorpresa, nos triplicaban en número y yo estaba bastante falto de chakra... Tuve que dársela.
«A Yamiria es, pues...»
Aquella súbita revelación le había sentado como un soplo de aire fresco. Como una luz en la oscuridad. Sin quererlo, Akame había aligerado el paso y ahora sus pies parecían dispuestos a andar varios kilómetros más, en lugar de simplemente pedir a base de dolor un buen descanso en la posada más cercana.
Sin embargo, la siguiente pregunta de Datsue le sacó de sus pensamientos. Akame fumó otra calada con aire de tipo duro, aunque le salió bastante mal.
—Hice un "viajecito" a Mori no Kuni, concretamente a los Templos Abandonados. Según los apuntes de un viejo profesor de la Universidad de Taikarune, un historiador, o arqueólogo, o algo así, allí debía encontrarse un templo especialmente dedicado a Uróboros.
El Uchiha hizo una pausa en su relato para volver a fumar.
—Allí fue donde conocí a Uchiha Ralexion-san. Se ofreció a guiarme hasta allí y me ayudó también a entrar en el templo y escapar con vida... Y con una gema muy parecida a la que llevaba ese desgraciado de Iekatsu —agregó—. Sin embargo, al salir, el de las cicatrices y sus hombres nos tendieron una emboscada. Nos cogieron por sorpresa, nos triplicaban en número y yo estaba bastante falto de chakra... Tuve que dársela.