24/07/2018, 17:28
(Última modificación: 24/07/2018, 17:33 por Uchiha Akame.)
Akame no pudo evitar alzar una ceja, inquisitivo, mientras se guardaba de nuevo su cajetilla de tabaco; tal vez Datsue no estaba de humor para fumar un cigarrillo, o simplemente no le gustaba. Lo que sí que no gustaba al mayor de los Hermanos del Desierto era aquella puntilla que su semejante le había lanzado deliberadamente.
—Todos los shinobi tenemos secretos, ¿no? —replicó, con aire casual. Ni idea tenía de a qué se estaba refiriendo, en realidad, Datsue—. Y no, el chico no sabía nada de utilidad más allá de que fue nuestro amigo Cara Cortada quien le contrató en un tugurio de mala muerte de la ciudad. No saqué nada en claro, otro callejón sin salida, para variar.
Apuró el cigarrillo y lo tiró al suelo, aplastándolo con el tacón de sus botas ninja.
—Pero ahora sí que tenemos un hilo del que tirar —se permitió sonreír—. No puedo esperar a tener unas palabras con el tal Jefe...
Mientras caminaban, el denso bosque iba abriéndose para acomodar un paisaje menos verde; el del sendero que ya se ensanchaba, señal de que estaban llegando a uno de los caminos principales.
—Todos los shinobi tenemos secretos, ¿no? —replicó, con aire casual. Ni idea tenía de a qué se estaba refiriendo, en realidad, Datsue—. Y no, el chico no sabía nada de utilidad más allá de que fue nuestro amigo Cara Cortada quien le contrató en un tugurio de mala muerte de la ciudad. No saqué nada en claro, otro callejón sin salida, para variar.
Apuró el cigarrillo y lo tiró al suelo, aplastándolo con el tacón de sus botas ninja.
—Pero ahora sí que tenemos un hilo del que tirar —se permitió sonreír—. No puedo esperar a tener unas palabras con el tal Jefe...
Mientras caminaban, el denso bosque iba abriéndose para acomodar un paisaje menos verde; el del sendero que ya se ensanchaba, señal de que estaban llegando a uno de los caminos principales.