24/07/2018, 17:58
¿Qué todos los shinobis tenían secretos? Hombre, pues…
—Unos más que otros —replicó, sin poder evitar que cierto malestar reverberase en su voz. Es que no podía quitárselo de la cabeza. No podía creerse que, tras ese aire tranquilo, esa mente metódica y profesional y esa pasión por la obediencia y las normas, se escondiese un traidor. ¿Cómo era posible? Tenía que ser un error. Tome le había engañado. Había jugado con su mente. Había…
Negó con la cabeza. No, una parte de él sabía que, por mucho que le doliese, Tome había contado la verdad. Una parte de él quizá lo había sospechado desde antes.
¿Qué hacer ahora? Hablar con cualquiera supondría la muerte de su Hermano. Un traidor, pero un hermano al fin y al cabo. ¿También si lo hablaba con él? Ahora que lo pensaba, tendría que haberle preguntado aquello a Tome. Pero intuía que la respuesta era sí.
Perdido en sus propios pensamientos, el Uchiha tuvo que hacer un esfuerzo colosal para volver a la realidad y seguir la conversación de su compadre.
—Eh, sí… Claro… El Jefe parecía estar bien protegido. Me da que va a ser tan difícil dar con él como con el Centinela —dijo, recordando la aventura que habían vivido para saldar la Marca del Hierro—. Y hablando de dificultades… —suspiró—. ¿De verdad te merece la pena? ¿No sería más fácil dejarlo correr? ¿Qué puedes sacar de todo esto, aparte de una puñalada en la espalda?
Con la Marca del Hierro había sido distinto. Datsue se había forjado un acuerdo comercial con uno de los herreros más importantes de Oonindo. Pero, ¿con aquello? Era todavía más peligroso, y el Uchiha no veía beneficio alguno que pudiesen sacar aún resolviendo todo el entramado. ¿Reconocimiento? Quizá. ¿Saciar su curiosidad? Por supuesto. Pero, ¿dinero, que era lo que de verdad importaba? Lo dudaba. Lo dudaba mucho.
—Unos más que otros —replicó, sin poder evitar que cierto malestar reverberase en su voz. Es que no podía quitárselo de la cabeza. No podía creerse que, tras ese aire tranquilo, esa mente metódica y profesional y esa pasión por la obediencia y las normas, se escondiese un traidor. ¿Cómo era posible? Tenía que ser un error. Tome le había engañado. Había jugado con su mente. Había…
Negó con la cabeza. No, una parte de él sabía que, por mucho que le doliese, Tome había contado la verdad. Una parte de él quizá lo había sospechado desde antes.
¿Qué hacer ahora? Hablar con cualquiera supondría la muerte de su Hermano. Un traidor, pero un hermano al fin y al cabo. ¿También si lo hablaba con él? Ahora que lo pensaba, tendría que haberle preguntado aquello a Tome. Pero intuía que la respuesta era sí.
Perdido en sus propios pensamientos, el Uchiha tuvo que hacer un esfuerzo colosal para volver a la realidad y seguir la conversación de su compadre.
—Eh, sí… Claro… El Jefe parecía estar bien protegido. Me da que va a ser tan difícil dar con él como con el Centinela —dijo, recordando la aventura que habían vivido para saldar la Marca del Hierro—. Y hablando de dificultades… —suspiró—. ¿De verdad te merece la pena? ¿No sería más fácil dejarlo correr? ¿Qué puedes sacar de todo esto, aparte de una puñalada en la espalda?
Con la Marca del Hierro había sido distinto. Datsue se había forjado un acuerdo comercial con uno de los herreros más importantes de Oonindo. Pero, ¿con aquello? Era todavía más peligroso, y el Uchiha no veía beneficio alguno que pudiesen sacar aún resolviendo todo el entramado. ¿Reconocimiento? Quizá. ¿Saciar su curiosidad? Por supuesto. Pero, ¿dinero, que era lo que de verdad importaba? Lo dudaba. Lo dudaba mucho.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado