24/07/2018, 21:26
«Joder, ahí vuelve otra vez...»
El Uchiha trató de disimular los nervios que nuevamente amenazaban con apoderarse de él fumando un par de pitadas y tratando de cambiar el rumbo de la conversación.
—Sí, este ya está viejo —respondió, guardando el mechero—. Me lo compré en Tane-Shigai. Para tener tanto bosque cerca, déjame que te diga, la gente allí sabe hacer un buen encendedor.
Sin embargo y como era evidente, aquello no iba a bastar para apartar a Datsue del tema candente. Con renovados argumentos, el menor de los Hermanos del Desierto quiso saber por qué su cohetáneo exhibía semejante preocupación en un tema que, a priori, no parecía tan acuciante.
—Joder, pues claro que me preocupa —replicó Akame, con falso aire ofendido—. ¿Me vas a decir que no habría quienes dirían que hice trampas? ¿Quienes pedirían que me revocaran el título de Campeón del Torneo de los Dojos? ¿El del dúo de Hermanos del Desierto? ¡Incluso mi placa de jōnin! —exclamó, y ahí si sintió verdadero pavor—. Lo que quiero decir, Datsue, coño... Es que lo he dado todo por esta Aldea, ¿me entiendes? Todo. Y no voy a arriesgarme a perderlo por una tontería como esta... Venga, joder.
El Uchiha trató de disimular los nervios que nuevamente amenazaban con apoderarse de él fumando un par de pitadas y tratando de cambiar el rumbo de la conversación.
—Sí, este ya está viejo —respondió, guardando el mechero—. Me lo compré en Tane-Shigai. Para tener tanto bosque cerca, déjame que te diga, la gente allí sabe hacer un buen encendedor.
Sin embargo y como era evidente, aquello no iba a bastar para apartar a Datsue del tema candente. Con renovados argumentos, el menor de los Hermanos del Desierto quiso saber por qué su cohetáneo exhibía semejante preocupación en un tema que, a priori, no parecía tan acuciante.
—Joder, pues claro que me preocupa —replicó Akame, con falso aire ofendido—. ¿Me vas a decir que no habría quienes dirían que hice trampas? ¿Quienes pedirían que me revocaran el título de Campeón del Torneo de los Dojos? ¿El del dúo de Hermanos del Desierto? ¡Incluso mi placa de jōnin! —exclamó, y ahí si sintió verdadero pavor—. Lo que quiero decir, Datsue, coño... Es que lo he dado todo por esta Aldea, ¿me entiendes? Todo. Y no voy a arriesgarme a perderlo por una tontería como esta... Venga, joder.