24/07/2018, 22:12
Y ahí estaba. El resquicio de esperanza que necesitaba. Akame todavía no entendía cómo demonios lo había hecho, pero parecía haber conseguido que su compañero aplacara aquella nada saludable ansia de saber más. Aunque claro, todo en esta vida tiene un precio; y si se es un shinobi, suele ser bien alto.
—Claro, clar... —Akame se detuvo de repente, apresurado a acceder fue consciente de que quizás estaba metiendo más la pata. Al fin y al cabo, ¿no era Datsue el Príncipe Embaucador?—. ¿Qué es eso que quieres que haga?
El joven Uchiha se detuvo, cruzándose de brazos con el cigarrillo en la boca. Parecía habérsele olvidado el hecho de que su Hermano estaba indagando en su pasado, pero justo lo contrario; se temía que Datsue estaba, en realidad, haciéndole un quiebro intelectual para luego meterle un gol por toda la escuadra.
—Claro, clar... —Akame se detuvo de repente, apresurado a acceder fue consciente de que quizás estaba metiendo más la pata. Al fin y al cabo, ¿no era Datsue el Príncipe Embaucador?—. ¿Qué es eso que quieres que haga?
El joven Uchiha se detuvo, cruzándose de brazos con el cigarrillo en la boca. Parecía habérsele olvidado el hecho de que su Hermano estaba indagando en su pasado, pero justo lo contrario; se temía que Datsue estaba, en realidad, haciéndole un quiebro intelectual para luego meterle un gol por toda la escuadra.