31/07/2018, 14:17
(Última modificación: 31/07/2018, 14:18 por Inuzuka Etsu.)
Pese a sus cualidades para aguantar ver vísceras y gore, el Inuzuka apenas podía contener las arcadas conforme iba avanzando por la habitación. El olor acre y repugnante del cadáver, de la sangre, de las tripas...
El desayuno amenazó con darse un paseo. Una arcada que apenas controló, pero que por suerte no fue a mas. Akane andaba en la misma situación, no era algo agradable. Con pasos que parecían de capitán pirata en mitad de una mareada, avanzaron poco a poco, hasta que no tuvieron mas opción que detenerse. Un torrente de olor tan dantesco que casi parecía aporrearle la nariz así lo sentenciaba.
No puedes pasar.
Y así era, no pudo ni dar un paso más. Se llevó las manos a la nariz y la boca, buscando tapar ese nauseabundo olor, pero apenas le era posible. De nuevo, su desayuno amenazó con salir de paseo. Una arcada, mas acentuada en ésta ocasión.
—Por dios... ¿que...? —y otra arcada —o tiiiiio... o tíiiiioooo....
Tuvo que retroceder, y buscar rápidamente la ventana en pos de tomar algo de aire menos cargado de muerte. Apenas tomó aire "fresco", señaló la puerta. Su tez tomó el color de la nieve, y apenas era capaz de pronunciar lo que debía. Akane estaba a su lado, en igualdad de condiciones.
Necesitaba unos segundos respirando allí para poder elaborar una frase completa, o al menos con sentido.
El desayuno amenazó con darse un paseo. Una arcada que apenas controló, pero que por suerte no fue a mas. Akane andaba en la misma situación, no era algo agradable. Con pasos que parecían de capitán pirata en mitad de una mareada, avanzaron poco a poco, hasta que no tuvieron mas opción que detenerse. Un torrente de olor tan dantesco que casi parecía aporrearle la nariz así lo sentenciaba.
No puedes pasar.
Y así era, no pudo ni dar un paso más. Se llevó las manos a la nariz y la boca, buscando tapar ese nauseabundo olor, pero apenas le era posible. De nuevo, su desayuno amenazó con salir de paseo. Una arcada, mas acentuada en ésta ocasión.
—Por dios... ¿que...? —y otra arcada —o tiiiiio... o tíiiiioooo....
Tuvo que retroceder, y buscar rápidamente la ventana en pos de tomar algo de aire menos cargado de muerte. Apenas tomó aire "fresco", señaló la puerta. Su tez tomó el color de la nieve, y apenas era capaz de pronunciar lo que debía. Akane estaba a su lado, en igualdad de condiciones.
Necesitaba unos segundos respirando allí para poder elaborar una frase completa, o al menos con sentido.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~