9/08/2018, 08:23
Datsue seguía impasible a lo que en ese preciso instante para Daruu estaba resultando una urgencia máxima, y el amejin estaba seguro de que sólo era por el simple motivo de que no se había dado cuenta todavía. Increíble el poder de la mente humana.
Quiso reír. De verdad que sí. Pero en lugar de eso, se negó a soltar la mano de Datsue. Era... cálida. Calidez. Sí. Eso. Quizás ahora Datsue se daba cuenta...
—No, tío. ¿No tienes frío? ¡Estoy helado, joder! ¡Que estamos al lado de las Montañas de la Tierra! —Como si la simple aseveración les hiciera estar más cerca todavía de los picos, a Daruu le recorrió un escalofrío.
Venían del verano uzujin. A Amegakure. Bajo una puta tormenta. Si Daruu, que era de allí, se notaba falto de ropa, lo que le sucedería a un ribereño sería...
—D-d-deberíamos volver a Uzushiogakure, ¿n-no crees?
Quiso reír. De verdad que sí. Pero en lugar de eso, se negó a soltar la mano de Datsue. Era... cálida. Calidez. Sí. Eso. Quizás ahora Datsue se daba cuenta...
—No, tío. ¿No tienes frío? ¡Estoy helado, joder! ¡Que estamos al lado de las Montañas de la Tierra! —Como si la simple aseveración les hiciera estar más cerca todavía de los picos, a Daruu le recorrió un escalofrío.
Venían del verano uzujin. A Amegakure. Bajo una puta tormenta. Si Daruu, que era de allí, se notaba falto de ropa, lo que le sucedería a un ribereño sería...
—D-d-deberíamos volver a Uzushiogakure, ¿n-no crees?