10/08/2018, 01:49
El sol caía al otro del mar, tiñendo el océano y el cielo de destellos bermellones y matices púrpuras. Las temperaturas, antes demasiado cálidas si no te dabas un buen chapuzón para remediarlo, ahora eran agradables. La gente que había ido a tomar el sol se iba marchando al ver como Amateratsu se despedía. Todas, salvo una.
Se trataba de un joven chico, sin nada más que su bañador como atuendo, quien en vez de irse sacó un shamisen sellado en un pergamino. Sabía que todavía faltaban unos minutos para la hora acordada, y por eso, nada mejor que la música para esperar.
Tras afinar las cuerdas, tomó el bachi con una mano y arrancó las primeras notas de la melodía. Su voz, suave y melodiosa como el murmullo de un río lejano, no tardó en acompañarla con la letra de una canción.
Aquella no era suya, pero dada la ocasión, creía que no había ninguna otra que pegase tan bien como aquella.
—Y mi mente, y mi Sharingan, me confortan —Vale, quizá le había hecho algunas ligeras modificaciones—. Porque sé, que mataré a mis enemigos, cuando vengan.
Había hecho llegar una nota a Umikiba Kaido. Una cita, que rezaba así: «Te espero en la playa de la Villa cuando el sol emita sus últimos rayos. Ven si tienes huevos o quédate en casa. Al contrario de lo que me hiciste, estaré solo».
Nada como picar un poco el orgullo amejin para asegurar resultados.
—Oh, ¡sí! ¡Mi mente y mi Sharingan me confortan! —Cada vez más lento, cada vez más alto—. ¡Porque sé, que ma-ta-ré a mis e-ne-mi-gos, cuando llegueeen!
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado