No se veía con claridad que había tras el arbusto, pero si llego a ver una pequeña parte. Dos ojos de color ámbar se veían tras la hojas y ramas, ojos que no eran de un mono. Sin embargo, Karamaru continuo su recorrido solo dos o tres pasos más hasta ver una cola larga y negra. Tras relacionar ambas cosas, el calvo se dio cuenta que estaba en presencia de un felino y que por suerte todavía no se había decidido a atacarlo.
Era cuestión de avanzar unos pocos metros para ser devorado, y como tenía ganas de liberar un poco de energía quiso iluminar un poco el ambiente. No iba a atacar al animal, no haría algo así en vano, y es por eso que decidió quemar árboles de los alrededores solamente para ahuyentar a la pantera que esperaba a su presa.
Su vientre sintió el calor de las llamas y Karamaru concentraba el chakra que venía subiendo por su cuerpo. Ese calor llego hasta la boca, quemando los cachetes del calvo que acto seguido lanzó una gran bola de fuego hacia el árbol que se encontraba atrás del felino. A pesar de la constante lluvia, el fuego logró expandirse un poco hasta el resto de árboles. Karamaru vio a la pantera correr mientras la lluvia apagaba de a poco el fuego que dejaba cenizas en el suelo embarrado.
Por lo menos llamo un poco la atención, que esto de no encontrar al mono se vuelve aburrido- se decía a si mismo entre risas- ¿Pero por donde andara?
Ahora si que no sabía por donde seguir. ¿Le convenía volver y ayudarse con sus compañeros? ¿O era mejor seguir solo y poder llevarse la gloria para su propia persona? El egoísmo no era algo que le enseñasen en el templo, al contrario, siempre se debía trabajar en equipo. Pero el hecho de trabajar en solitario le gustaba a Karamaru y ese era su dilema.
Era cuestión de avanzar unos pocos metros para ser devorado, y como tenía ganas de liberar un poco de energía quiso iluminar un poco el ambiente. No iba a atacar al animal, no haría algo así en vano, y es por eso que decidió quemar árboles de los alrededores solamente para ahuyentar a la pantera que esperaba a su presa.
Su vientre sintió el calor de las llamas y Karamaru concentraba el chakra que venía subiendo por su cuerpo. Ese calor llego hasta la boca, quemando los cachetes del calvo que acto seguido lanzó una gran bola de fuego hacia el árbol que se encontraba atrás del felino. A pesar de la constante lluvia, el fuego logró expandirse un poco hasta el resto de árboles. Karamaru vio a la pantera correr mientras la lluvia apagaba de a poco el fuego que dejaba cenizas en el suelo embarrado.
Por lo menos llamo un poco la atención, que esto de no encontrar al mono se vuelve aburrido- se decía a si mismo entre risas- ¿Pero por donde andara?
Ahora si que no sabía por donde seguir. ¿Le convenía volver y ayudarse con sus compañeros? ¿O era mejor seguir solo y poder llevarse la gloria para su propia persona? El egoísmo no era algo que le enseñasen en el templo, al contrario, siempre se debía trabajar en equipo. Pero el hecho de trabajar en solitario le gustaba a Karamaru y ese era su dilema.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
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