13/08/2018, 12:23
Urashima se estremeció cuando el genin de Ame dijo que iban a hacerles una visita a los parroquianos del Bar de la Esquina. Él había depositado toda su confianza en aquel trío de ninjas, y si las cartas no terminaban por jugarse a su favor, seguramente recibiría en solitario todas las represalias del Trucho Torcido.
«No... Esto no puede seguir así. Debo poner toda mi confianza en ellos, por mi querida Unagi y la pequeña Iwashi. Por mi niña, ¡no puedo permitir que crezca en el lugar de maldad en el que se ha convertido este pueblo!»
Con un repentino brillo de determinación en sus ojos, el pescador alzó la vista al cielo, hacia la mariposa rosada de Reika. Cuando la kunoichi preguntó, Urashima ni siquiera se pensó la respuesta.
—Aquello es la vieja lonja. Ahora nadie la usa, el Trucho Torcido tiene prohibido que vendamos las capturas por nuestra cuenta, él gestiona todo... Ah, todavía recuerdo los días en los que aquel edificio estaba a reventar a las doce del mediodía —añadió con nostalgia—. ¿Por qué lo preguntas? ¿Has visto algo sospechoso?
«No... Esto no puede seguir así. Debo poner toda mi confianza en ellos, por mi querida Unagi y la pequeña Iwashi. Por mi niña, ¡no puedo permitir que crezca en el lugar de maldad en el que se ha convertido este pueblo!»
Con un repentino brillo de determinación en sus ojos, el pescador alzó la vista al cielo, hacia la mariposa rosada de Reika. Cuando la kunoichi preguntó, Urashima ni siquiera se pensó la respuesta.
—Aquello es la vieja lonja. Ahora nadie la usa, el Trucho Torcido tiene prohibido que vendamos las capturas por nuestra cuenta, él gestiona todo... Ah, todavía recuerdo los días en los que aquel edificio estaba a reventar a las doce del mediodía —añadió con nostalgia—. ¿Por qué lo preguntas? ¿Has visto algo sospechoso?