14/08/2018, 18:38
De repente escuchó una voz junto a ella.
—Oye... ¿te encuentras bien?
—¿D... Daruu-kun...?
Profundamente mareada, Ayame se llevó una mano a la frente en un vano intento de crear una visera sobre sus ojos para poder ver. Pero no era Daruu la persona que se inclinaba sobre ella. De hecho, pese a que el tono de su voz se le había antojado familiar, ni siquiera le conocía. Era un chico de más o menos su misma edad, de ojos de un vivo color verde esmeralda y con dos tatuajes en forma de colmillo rojo surcando sus mejillas. Llevaba el cabello largo, recogido en innumerables rastras que se reunían en una coleta baja. Sin embargo, lo más destacable era que, pese al calor infernal, vestía con una chaqueta oscura de cuero con forro de pelo. Debía de estar cociéndose ahí dentro, literalmente.
—Y... ¿Y tú...? —fueron las dos únicas palabras que salieron de sus labios.
—Oye... ¿te encuentras bien?
—¿D... Daruu-kun...?
Profundamente mareada, Ayame se llevó una mano a la frente en un vano intento de crear una visera sobre sus ojos para poder ver. Pero no era Daruu la persona que se inclinaba sobre ella. De hecho, pese a que el tono de su voz se le había antojado familiar, ni siquiera le conocía. Era un chico de más o menos su misma edad, de ojos de un vivo color verde esmeralda y con dos tatuajes en forma de colmillo rojo surcando sus mejillas. Llevaba el cabello largo, recogido en innumerables rastras que se reunían en una coleta baja. Sin embargo, lo más destacable era que, pese al calor infernal, vestía con una chaqueta oscura de cuero con forro de pelo. Debía de estar cociéndose ahí dentro, literalmente.
—Y... ¿Y tú...? —fueron las dos únicas palabras que salieron de sus labios.