16/08/2018, 20:48
Akame sintió ganas de abofetear al amejin. A Keisuke le faltó tiempo para esgrimir el mismo argumento de que Aiko estaba sufriendo un gran castigo para excusar su gravísima falta de juicio y sus descuidadas acciones. Sin embargo, el jōnin sabía que darle una paliza a aquel genin —incluso aunque fuese ilusoria— no iba a contribuir en absoluto a mejorar las cosas.
«Eres un maldito botarate y un imprudente, Inoue Keisuke, pero no mereces morir por el loco empeño de mi Hermano...»
Rápidamente, el jōnin respondió con mordacidad.
—Veo que conoces bien la tortura que está sufriendo tu amiga. Reza a todos los dioses que conoces para que no acabes tú también en el fondo de ese lago —apostilló sin miramientos.
—Amedama Daruu. A principios de Ceniza —dijo el Uchiha luego de unos momentos—. Repito que no estoy seguro de que te haya delatado, pero muy probablemente Datsue le habrá pedido ayuda, y para eso, habrá tenido que revelarle información —Akame dudó unos instantes, pero finalmente agregó—. Hay una posibilidad de que también lo sepan Aotsuki Ayame y Umikiba Kaido.
Desde que había mandado aquella nota a Keisuke, Akame no podía evitar pensar que él mismo la estaba jodiendo. ¿Arriesgarse de ese modo por un amejin? Ni en sus más locos sueños hubiera pensado en hacerlo, pero después de lo ocurrido en el Valle del Fin...
«Mi sacrificio no puede ser en vano.»
Cuando el médico le preguntó por su brazo amputado, Akame negó con la cabeza, sintiendo cómo le embargaba la tristeza.
—No. Él no.
«Eres un maldito botarate y un imprudente, Inoue Keisuke, pero no mereces morir por el loco empeño de mi Hermano...»
Rápidamente, el jōnin respondió con mordacidad.
—Veo que conoces bien la tortura que está sufriendo tu amiga. Reza a todos los dioses que conoces para que no acabes tú también en el fondo de ese lago —apostilló sin miramientos.
—Amedama Daruu. A principios de Ceniza —dijo el Uchiha luego de unos momentos—. Repito que no estoy seguro de que te haya delatado, pero muy probablemente Datsue le habrá pedido ayuda, y para eso, habrá tenido que revelarle información —Akame dudó unos instantes, pero finalmente agregó—. Hay una posibilidad de que también lo sepan Aotsuki Ayame y Umikiba Kaido.
Desde que había mandado aquella nota a Keisuke, Akame no podía evitar pensar que él mismo la estaba jodiendo. ¿Arriesgarse de ese modo por un amejin? Ni en sus más locos sueños hubiera pensado en hacerlo, pero después de lo ocurrido en el Valle del Fin...
«Mi sacrificio no puede ser en vano.»
Cuando el médico le preguntó por su brazo amputado, Akame negó con la cabeza, sintiendo cómo le embargaba la tristeza.
—No. Él no.