23/08/2018, 22:10
Daruu tomó aire y lo exhaló con paciencia. Alrededor, el público vitoreaba. Sin duda esperaban un buen combate, a la altura de los dos que ya habían tenido lugar. El amejin comenzó a caminar hacia su contrincante, clavando la vista en cada uno de sus movimientos. Pero aún no tenía intenciones de iniciar una ofensiva.
—Bueno, creo que debo estar contento —dijo—. Al menos mi contrincante no va pintado como un payaso —remató, en una clara referencia a Uchiha Datsue, quien había salido a la arena interpelando al público y presentándose como si fuese el protagonista del examen.
Y entonces, Daruu inició una carrera en linea recta directa hacia su rival, sin previo aviso, lanzado como una flecha. Y al tiempo que corría, realizaba una secuencia de sellos.
—¡Lo siento, Eri, pero tengo que demostrar que Ame tiene mucho que ofrecer sin necesidad de bravuconadas!
»¡Suiton: Teppōdama!
Una bala de cañón acuática salió despedida desde su boca, directa al pecho de Eri.
—Bueno, creo que debo estar contento —dijo—. Al menos mi contrincante no va pintado como un payaso —remató, en una clara referencia a Uchiha Datsue, quien había salido a la arena interpelando al público y presentándose como si fuese el protagonista del examen.
Y entonces, Daruu inició una carrera en linea recta directa hacia su rival, sin previo aviso, lanzado como una flecha. Y al tiempo que corría, realizaba una secuencia de sellos.
—¡Lo siento, Eri, pero tengo que demostrar que Ame tiene mucho que ofrecer sin necesidad de bravuconadas!
»¡Suiton: Teppōdama!
Una bala de cañón acuática salió despedida desde su boca, directa al pecho de Eri.