1/09/2018, 23:49
(Última modificación: 1/09/2018, 23:50 por Aotsuki Ayame.)
Aún con los ojos cerrados, sintió el revuelo a su alrededor. Una corriente de aire, pasos que se alejaban a todo correr con alguna que otra frase liberada al aire y después, de nuevo la calma. El mundo seguía girando a su alrededor, sin embargo. Su cuerpo deshidratado parecía tirar de ella hacia abajo, impidiendo que se moviera. Y en un momento en el que entreabrió ligeramente los ojos, pudo ver al chico de las rastas cerca de ella, quizás demasiado cerca, pero de tan mareada que se encontraba no hizo nada por evitarlo. Pasaron los minutos mientras su garganta seguía clamando por el tan ansiado agua, y entonces los pasos a todo correr volvieron.
—¡¡AGUAAAAAAAA!! —bramó la voz conocida que tan similar se le hacía a la de su querido Daruu.
Y entonces escuchó un estrépito. Algo cayendo con todo su peso al suelo. Y, de repente, varios puñetazos cayeron sobre ella, cortándole la respiración y aturdiéndola más si cabía. Con un gemido de dolor y sorpresa, Ayame se encogió sobre sí misma, cubriéndose la cabeza con ambas manos con temor de volver a ser golpeada pero sin fuerzas para moverse más allá.
«Ya está. Aquí es donde voy a morir.» Pensó, con lágrimas en los ojos.
¿Es que todo el mundo en aquella aldea la odiaba tanto como para querer acabar con su existencia?
—¡¡AGUAAAAAAAA!! —bramó la voz conocida que tan similar se le hacía a la de su querido Daruu.
Y entonces escuchó un estrépito. Algo cayendo con todo su peso al suelo. Y, de repente, varios puñetazos cayeron sobre ella, cortándole la respiración y aturdiéndola más si cabía. Con un gemido de dolor y sorpresa, Ayame se encogió sobre sí misma, cubriéndose la cabeza con ambas manos con temor de volver a ser golpeada pero sin fuerzas para moverse más allá.
«Ya está. Aquí es donde voy a morir.» Pensó, con lágrimas en los ojos.
¿Es que todo el mundo en aquella aldea la odiaba tanto como para querer acabar con su existencia?