3/09/2018, 20:03
Ceniza, Verano del año 218.
Una voz sorprendería a ambos shinobis, genin y chuunin.
—En efecto, vaya que si lo es.
Su emisor se encontraba a poca distancia de ellos. Les había visto chocarse en plena calle fruto de la casualidad, y no había podido evitar acercarse por dos razones. La primera porque no había vuelto a ver a Sasagani Yota desde el mencionado Torneo de los Dojos; seguía pareciendo tan anodino y flojucho como siempre, pero había algo nuevo en él. O más bien, alguien nuevo. La araña que llevaba a cuestas y que había —sin lugar a dudas— hablado en lenguaje de los humanos.
«Una Invocación Animal...»
Para un ninja tan curioso y ávido de poder como Akame, aquello había sido difícil de pasar por alto. Yota, incluso siendo un ninja que aparentaba poca experiencia, era capaz de invocar a un compañero animal. Akame llevaba demasiado tiempo investigando sobre el tema y tratando, en vano, de conseguir la información necesaria para contactar con alguna Familia Animal. «¿Cómo es posible? Debo averiguarlo.»
La segunda razón por la que el jōnin se acercó era Hōzuki Chokichi. Aquel pervertido metomentodo aficionado a la tecnología de Amegakure era un tipo profundamente despreciado por Akame, quien veía en él todos los defectos que no debía tener un buen ninja. Y, sin embargo, sus ojos captaron la reluciente placa plateada que lucía en su hombro.
Dos misterios en un sólo día era algo sumamente fortuito. De modo que el jōnin había decidido tantear el terreno, vestido con el habitual uniforme militar de Uzushio, placa dorada en el hombro izquierdo y bandana en la frente. Llevaba también el resto de su equipamiento ninja, y tenía el torso envuelto en vendas que se dejaban ver por algunas zonas que no cubrían sus prendas.
—Cayó eliminado en la semifinal contra Aotsuki Ayame, la subcampeona —apuntó el Uchiha, que gracias a su memoria ediética era capaz de rememorar aquellos combates como si hubiesen sucedido ayer—. ¿Vas a pedirle una foto, Chokichi-san? —puyó, mirando de reojo al Hōzuki.