9/09/2018, 21:09
Juro escuchó con mirada impasiva la conversación entre los dos. La araña se metió en medio para añadir más sal en la herida, y asustarse por la idea de tener a uno de ellos ("esas cosas". Le había llamado "cosa").
« Me pregunto que haría si supiera que lo tiene delante » — pensó, con amargura. A eso le habían reducido. Ya ni era una persona, solo un objeto o un monstruo.
Pero entonces, su compañero le sorprendió aún más, y se volvió hacia él. Juro pudo ver sus ojos, llenos de súplica, y su expresión, casi maniática, y entonces sintió algo parecido al asco. No por él, si no por el hecho, por el momento. Estaba cansado, había tenido un día horrible, y no quería soportar aquello. La vena de su frente se empezó a hinchar, conforme él hablaba y hablaba.
— ¡A callar los dos! ¡Esto no es un tema que se pueda hablar tan tranquilamente, aun entre compañeros! — exclamó Juro, enfadado por los gritos de la araña.
— Mira Juro, tienes que decirmelo, ¡somos amigos! Ya sé que Sora-sensei no me recomendó para el examen y todo eso, pero sigo siendo yo, joder. TIENES QUE PUTO DECÍRMELO. Venga, suéltalo, tienes mi palabra de que no se lo diré a nadie. Porque dime... ¿en quién puedes confiar más que el tito Yotas? Si quieres le digo a la araña que se vaya si no te apetece que lo escuche
Juro trató de calmarse. No podía tirar a su compañero por la borda, por muchas ganas que tuviera.
— No he podido hablar contigo de porque no te pudiste presenta, ni sé porque Sora-sensei no lo hizo. Somos amigos, Yota, y te lo agradezco. A veces necesito a alguien que me apoye, ¿sabes? Aunque no te he visto el pelo desde hace bastante — dijo, con un ligero reproche, no tan ligero —. No puedo decirte cómo lo sé ni por qué, pero creo que puedes imaginar que Kenzou-sama ha hecho un gran esfuerzo por confiar en mí. Confío en tí y sé que no me delatarías, pero si te lo dijera ahora mismo, estaría traicionando su confianza, y... ¿Tú que crees que me harían si se enterasen de que he ido revelando secretos de la villa?
« ¿Sería considerado traidor? No creo, pero el castigo podría ser grave. ¿Y me estás diciendo que te importa más saciar tu curiosidad que lo que me pueda pasar? Tú dijiste que eras mi amigo, Yota.
Emitió un largo suspiro, y después, se apoyó contra la barandilla y le dio la espalda otra vez. Le daba igual lo que le pudieran hacer. Como si le tiraban a él por la borda de pura rabia.
— Lo siento. Llevamos un día horrible y estoy cansado. Necesito tiempo... tiempo para pensar.
« Me pregunto que haría si supiera que lo tiene delante » — pensó, con amargura. A eso le habían reducido. Ya ni era una persona, solo un objeto o un monstruo.
Pero entonces, su compañero le sorprendió aún más, y se volvió hacia él. Juro pudo ver sus ojos, llenos de súplica, y su expresión, casi maniática, y entonces sintió algo parecido al asco. No por él, si no por el hecho, por el momento. Estaba cansado, había tenido un día horrible, y no quería soportar aquello. La vena de su frente se empezó a hinchar, conforme él hablaba y hablaba.
— ¡A callar los dos! ¡Esto no es un tema que se pueda hablar tan tranquilamente, aun entre compañeros! — exclamó Juro, enfadado por los gritos de la araña.
— Mira Juro, tienes que decirmelo, ¡somos amigos! Ya sé que Sora-sensei no me recomendó para el examen y todo eso, pero sigo siendo yo, joder. TIENES QUE PUTO DECÍRMELO. Venga, suéltalo, tienes mi palabra de que no se lo diré a nadie. Porque dime... ¿en quién puedes confiar más que el tito Yotas? Si quieres le digo a la araña que se vaya si no te apetece que lo escuche
Juro trató de calmarse. No podía tirar a su compañero por la borda, por muchas ganas que tuviera.
— No he podido hablar contigo de porque no te pudiste presenta, ni sé porque Sora-sensei no lo hizo. Somos amigos, Yota, y te lo agradezco. A veces necesito a alguien que me apoye, ¿sabes? Aunque no te he visto el pelo desde hace bastante — dijo, con un ligero reproche, no tan ligero —. No puedo decirte cómo lo sé ni por qué, pero creo que puedes imaginar que Kenzou-sama ha hecho un gran esfuerzo por confiar en mí. Confío en tí y sé que no me delatarías, pero si te lo dijera ahora mismo, estaría traicionando su confianza, y... ¿Tú que crees que me harían si se enterasen de que he ido revelando secretos de la villa?
« ¿Sería considerado traidor? No creo, pero el castigo podría ser grave. ¿Y me estás diciendo que te importa más saciar tu curiosidad que lo que me pueda pasar? Tú dijiste que eras mi amigo, Yota.
Emitió un largo suspiro, y después, se apoyó contra la barandilla y le dio la espalda otra vez. Le daba igual lo que le pudieran hacer. Como si le tiraban a él por la borda de pura rabia.
— Lo siento. Llevamos un día horrible y estoy cansado. Necesito tiempo... tiempo para pensar.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60