9/09/2018, 23:29
Kumopansa, al lado de Yota, empezaba a sentir preocupación por lo lejos que estaban llevando la discusión. Si, la verdad es que era cierto. Juro, en un estado normal, se habría horrorizado de decir cosas así a su amigo. Pero ahora mismo, estaba frustrado, estresado, y porque no decirlo, asustado. Asustado de que le pillaran.
La araña le recomendó a Yota contarle porque se había marchado de la villa durante un tiempo. Sin embargo, Juro decidió que no era el momento oportuno para preguntarle.
« Él también tiene sus secretos » — Reflexionó Juro.
Juro decidió controlarse. No por Yota, que en ese momento le estaba sacando de quicio, si no por la imagen de Ayame poniéndose de los nervios. La imagen de Ayame descontrolándose y dejando que el bijuu tomara su cuerpo para destruir la villa. Él no podía perder los nervios, por muy seguro que estuviera de que su sello estaba bien puesto.
Por eso, al igual que Yota se relajó por sus razones, Juro se animó a respirar fuerte y contar hasta diez.
— No le ataqué... y tampoco estoy frustrado. No tengo nada de lo que arrepentirme. Tan solo... Solo quería saber donde se habían llevado a Ayame esos cabrones de Uzushiogakure. Datsue optó por no escucharme, así que tuve que hacer que me escuchase. No sirvió de nada, pero tuve que hacerlo
— Mira, estamos muy nerviosos, y no quería decir esas cosas. Sé que no tenías mala intención, pero... — Juro tragó saliva, y luego fue sincero — Debes tener más cuidado. Quizá si nos hubiéramos marchado, no habríamos sabido lo de Ayame-san, y todo habría sido diferente, te lo puedo admitir. Pero no me importa. Cuenta con nosotros la próxima vez, ¿vale?
« Somos amigos, ¿no? Daigo y yo te habríamos ayudado sin pensarlo. No saltes al peligro tú solo. Vamos a estar detrás de ti, quieras o no.
La araña le recomendó a Yota contarle porque se había marchado de la villa durante un tiempo. Sin embargo, Juro decidió que no era el momento oportuno para preguntarle.
« Él también tiene sus secretos » — Reflexionó Juro.
Juro decidió controlarse. No por Yota, que en ese momento le estaba sacando de quicio, si no por la imagen de Ayame poniéndose de los nervios. La imagen de Ayame descontrolándose y dejando que el bijuu tomara su cuerpo para destruir la villa. Él no podía perder los nervios, por muy seguro que estuviera de que su sello estaba bien puesto.
Por eso, al igual que Yota se relajó por sus razones, Juro se animó a respirar fuerte y contar hasta diez.
— No le ataqué... y tampoco estoy frustrado. No tengo nada de lo que arrepentirme. Tan solo... Solo quería saber donde se habían llevado a Ayame esos cabrones de Uzushiogakure. Datsue optó por no escucharme, así que tuve que hacer que me escuchase. No sirvió de nada, pero tuve que hacerlo
— Mira, estamos muy nerviosos, y no quería decir esas cosas. Sé que no tenías mala intención, pero... — Juro tragó saliva, y luego fue sincero — Debes tener más cuidado. Quizá si nos hubiéramos marchado, no habríamos sabido lo de Ayame-san, y todo habría sido diferente, te lo puedo admitir. Pero no me importa. Cuenta con nosotros la próxima vez, ¿vale?
« Somos amigos, ¿no? Daigo y yo te habríamos ayudado sin pensarlo. No saltes al peligro tú solo. Vamos a estar detrás de ti, quieras o no.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
...
Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60