¡Lechugos a la mar!

[Sasagani Yota]

No supe muy bien porque, pero por alguna razón estaba explicando aquello como si nada. No me sentía incómodo en absoluto y las palabras salían por si solas, las cuales irían saciando la curiosidad del marionetista poco a poco.

Y sí, Juro estaba en lo cierto. No fue tan simple como firmar un pergamino como cuando se te adjudica una misión. Aquello no era para nada habitual. Tuve que... tuve...

— En efecto, pero no fue tan sencillo. Tuve que hacer un sacrificio a cambio de los poderes que me han brindado las arañas. Además... ¿recuerdas que te dije que vi morir a mi padre cuando estudiábamos en la academia? Aquel día que entraron a casa.

Cada vez que recordaba a mi padre me ponía igual. No había estado en ningún momento para verme crecer y para aconsejarme. Mis años de vida más importantes fueron siempre sin la figura paternal que todo niño necesita. Pero ahora sabía que aquello tenía un motivo importante, aunque claro, el alivio no era ni mucho menos significativo.

— Pues resulta que me lo encontré allí, con las arañas. Vino a buscarme. Él ya había firmado el pacto con las arañas, por eso fingió su muerte, era parte del trato y ahora lo he heredado yo pero... — aquello no estaba siendo fácil, tantos recuerdos asaltaban mi mente...

— Lo heredé a cambio de verlo morir una segunda vez