¡Lechugos a la mar!

[Sasagani Yota]

— Está bien, pero yo tampoco me quedaré atrás. Los venenos siguen siendo mi especialidad — Juro no pudo evitar soltar una carcajada —. No puedo imaginarme que podría hacer con un poco de baba de araña y unos cuantos compuestos más. Préstame un poco, ¿vale?

— Jeh

El tipo ya vio ahí un negocio que no desaprovechar, pero iba a tener que arreglárselas para obtener sus propios venenos, aquello era mío y no podía compartirlo. No es que quisiera, pero aunque quisiese era complicado llevarlo a cabo. Entonces me vino a la cabeza el tándem que podríamos formar ambos si uníamos fuerzas. Ahora formábamos incluso mejor equipo que antes.

— ¿Y esta criaturita de aquí te ayuda a pelear? — murmuró, sin poder evitar sonreír a la araña —. Eres Kumopansa, ¿verdad? Siento todo el lío que se ha producido antes. Soy Juro, encantado de conocerte.
¿Puedo tocarte?

Kumopansa alzó la cabeza ante la pregunta inesperada del titiritero. No supo muy bien que decir y me miró. Vio como me había encogido de hombros, dándole la iniciativa al arácnido.

— ¡No soy una mascota, chaval!

— Bueno, bueno, tampoco es para ponerse así. Sí, Jurete, peleamos juntos. Ahí donde la ves puede ser realmente útil en combate pero, donde realmente destaca es en operaciones de espionaje o infiltración. Digamos que al ser tan pequeña y tan oscura, tiene las condiciones optimas para el sigilo y el camuflaje

— Bueno, vale, pero solo por esta vez, ¿eh? — Kumopansa accedió finalmente a que Juro la pudiese tocar.