13/09/2018, 20:40
Cuando los lozanos y agradables muchachos cruzaron el umbral del Edificio del Morikage hasta la recepción. Tras el austero mostrador de madera se encontraba Kamisho Yuna, parcialmente oculta detrás de una pila enorme de papeles. Cuando los shinobi la saludaron con alegría, ella se limitó a alzar la mirada un momento para dedicarles a ambos un escueto "hola", mientras masticaba ruidosamente lo que presumiblemente era un trozo de papel. Sus manos se movían a toda velocidad cambiando documentos y ficheros de sitio.
—Mira que se lo dije... Es que se lo dije... Orden alfabético y luego cronológico, ¡no al revés! —mascullaba con cara de pocos amigos. Tras unos segundos y ver que Juro y Yota seguían allí plantados, pareció caer en la cuenta de algo—. Ah, sí, una misión. ¡Cómo no! Aquí tenéis. Recordad esforzaros al máximo, ¿eh? El futuro de la Aldea depende de vosotros, los jóvenes.
Puso un pergamino enrollado con la letra "C" en el sello y volvió a su ardua tarea de ordenación documental.