17/09/2018, 00:06
Una vez todo estaba listo, me dirigí al punto de encuentro, pero no había rastro del inesperado líder de la cruzada contra Sarutobi Yamcha. Lo hizo al cabo de un rato, por suerte no tuve que esperar mucho y al parecer ya ambos estábamos listos para partir.
— Bien. Todo listo, ¿verdad? Tendremos que iniciar el viaje — dijo Juro, sonriente —. ¿Tienes el mapa? Sé que es un poco triste, pero voy a tener que ordenarte que guíes tu la marcha. Aún continuo perdiéndome y no me gustaría desorientar la expedición.
«¿Es en serio?»
No daba crédito. Si le habían ascendido a un rango de tal responsabilidad presupuse que ese tipo de cosas ya las habría superado. Así que la cosa debía estar realmente jodida en cuanto a efectivos. Me encogí de hombros.
— Siempre llevo mi mapa durante las misiones, pero no será necesario para llegar a los arrozales, solo tenemos que viajar al este, siguiendo la costa. Bueno, vamos.
Empecé a mover las piernas hasta que dejamos atrás nuestra aldea natal y era precisamente por ella que debíamos partir para cumplir con nuestras obligaciones como shinobi.
— Bueno, entonces que propones que hagamos con el tal Yamcha, ¿lo matamos? ¿le obligamos a que nos dé el pergamino? ¿quizás sea mejor idea robarlo por la noche? — pregunté para ver cual era la hoja de ruta a seguir una vez llegásemos a nuestro destino.
— Bien. Todo listo, ¿verdad? Tendremos que iniciar el viaje — dijo Juro, sonriente —. ¿Tienes el mapa? Sé que es un poco triste, pero voy a tener que ordenarte que guíes tu la marcha. Aún continuo perdiéndome y no me gustaría desorientar la expedición.
«¿Es en serio?»
No daba crédito. Si le habían ascendido a un rango de tal responsabilidad presupuse que ese tipo de cosas ya las habría superado. Así que la cosa debía estar realmente jodida en cuanto a efectivos. Me encogí de hombros.
— Siempre llevo mi mapa durante las misiones, pero no será necesario para llegar a los arrozales, solo tenemos que viajar al este, siguiendo la costa. Bueno, vamos.
Empecé a mover las piernas hasta que dejamos atrás nuestra aldea natal y era precisamente por ella que debíamos partir para cumplir con nuestras obligaciones como shinobi.
— Bueno, entonces que propones que hagamos con el tal Yamcha, ¿lo matamos? ¿le obligamos a que nos dé el pergamino? ¿quizás sea mejor idea robarlo por la noche? — pregunté para ver cual era la hoja de ruta a seguir una vez llegásemos a nuestro destino.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa