17/09/2018, 01:50
—Valiente, qué valiente ¡qué suerte que te encontraste conmigo! El Tiburón de Amegakure, un buen samaritano. Kaido, Umikiba Kaido ¿y qué haces por estos lares? yo iba de camino a una misión.
Umikiba Kaido, sin saber muy bien por qué, sabía que ese nombre no se le iba a olvidar fácilmente. Al menos pudo relajarse por unos segundos, viendo que, al menos de momento, las intenciones del amejin no eran malas.
—Un placer, Kaido-san — Respondió el joven con respeto. —Realmente yo he venido porque no conocía este sitio, y me habían dicho que, siendo shinobi, tenía que conocerlo. — Explicó escueto. —¡Oh! Así que vas de misión, pues perdón si te he retrasado, si quieres te dejo tranquilo. — Se ofreció el pelinegro, no quería que nadie pensase que estaba interfiriendo en una misión de una Aldea extranjera, y menos con la tensión que se vivía en esos momentos.
Umikiba Kaido, sin saber muy bien por qué, sabía que ese nombre no se le iba a olvidar fácilmente. Al menos pudo relajarse por unos segundos, viendo que, al menos de momento, las intenciones del amejin no eran malas.
—Un placer, Kaido-san — Respondió el joven con respeto. —Realmente yo he venido porque no conocía este sitio, y me habían dicho que, siendo shinobi, tenía que conocerlo. — Explicó escueto. —¡Oh! Así que vas de misión, pues perdón si te he retrasado, si quieres te dejo tranquilo. — Se ofreció el pelinegro, no quería que nadie pensase que estaba interfiriendo en una misión de una Aldea extranjera, y menos con la tensión que se vivía en esos momentos.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»