17/09/2018, 03:54
—Apareció —y así como Yui sonrió, también lo hizo él—. Lo que, sumada a cierta información que obtuvimos recientemente, nos brinda una oportunidad única. Pero aquí, Hageshi, piensa que todavía no estás preparado.
No le sorprendió. No le sorprendió para nada que esa tía no estuviese de acuerdo, aún, en que él era apto para el trabajo. A los ojos de Hageshi, aquello siempre iba a superar a Umikiba Kaido. Siempre.
Y puede que con razón, como también puede que no. Pero para Kaido suponía ser una peligrosa mezcla de ambas cosas, pues a fin de cuentas, Kaguya Hageshi era la shinobi que estaba mayormente involucrada en los menesteres que tuvieran que ver con Dragón rojo, Katame, y el resto de Cabezas de dragón. Era entendible que le preocupara que un novato recién ascendido se ocupara de algo tan personal.
—He visto su examen. Tiene un seis raspado de media. En mis tiempos, eso era un suspenso. Pienso que le falta rodaje.
¿Suspenso? ¿es que se había fijado sólo en la media de notas suya? ¿no se tomó el tiempo de fijarse que, entre todos los participantes, era probablemente una de las más altas y estables?
—¿Qué opinas tú, Kaido? Has visto a lo que te puedes enfrentar. Se nos ha presentado una oportunidad única. Y tú eres el único que puede explotarla.
Entonces, y sólo entonces, el reloj de arena se dio vuelta. Grano por grano, se fueron consumiendo los pocos segundos que tenía él para elegir algo que, incluso desde el momento en el que recibió la carta de Kano, lo tenía totalmente decidido. Kaido no era de los que dudaban. No señor.
Podía faltarle rodaje, eso es cierto. A los ojos de un superior siempre iba a ser así, al menos hasta que él lograra ostentar la misma posición que ella. O de rivalizar de tú a tú.
Como no tenía intenciones de hacer frente a Hageshi, porque no le hacía ningún favor, optó por...
—Opino que lo que sucedió durante las pruebas teóricas no refleja realmente nuestro desempeño. Cuenta más lo que sucedió luego de, cuando las cosas se pusieron feas. Aunque, Hageshi-sama, tienes razón. Me falta rodaje. Pero eso se consigue allí afuera, haciendo frente a los grandes desafíos que te pone el jodido destino.
»Le hice frente cuando tuve que matar a Katame. Y también le haré frente hoy. Los tiburones sencillamente no nadamos hacia atrás.
Allí tenía Yui-sama su elección. Buena o mala, pero suya al fin y al cabo.
No le sorprendió. No le sorprendió para nada que esa tía no estuviese de acuerdo, aún, en que él era apto para el trabajo. A los ojos de Hageshi, aquello siempre iba a superar a Umikiba Kaido. Siempre.
Y puede que con razón, como también puede que no. Pero para Kaido suponía ser una peligrosa mezcla de ambas cosas, pues a fin de cuentas, Kaguya Hageshi era la shinobi que estaba mayormente involucrada en los menesteres que tuvieran que ver con Dragón rojo, Katame, y el resto de Cabezas de dragón. Era entendible que le preocupara que un novato recién ascendido se ocupara de algo tan personal.
—He visto su examen. Tiene un seis raspado de media. En mis tiempos, eso era un suspenso. Pienso que le falta rodaje.
¿Suspenso? ¿es que se había fijado sólo en la media de notas suya? ¿no se tomó el tiempo de fijarse que, entre todos los participantes, era probablemente una de las más altas y estables?
—¿Qué opinas tú, Kaido? Has visto a lo que te puedes enfrentar. Se nos ha presentado una oportunidad única. Y tú eres el único que puede explotarla.
Entonces, y sólo entonces, el reloj de arena se dio vuelta. Grano por grano, se fueron consumiendo los pocos segundos que tenía él para elegir algo que, incluso desde el momento en el que recibió la carta de Kano, lo tenía totalmente decidido. Kaido no era de los que dudaban. No señor.
Podía faltarle rodaje, eso es cierto. A los ojos de un superior siempre iba a ser así, al menos hasta que él lograra ostentar la misma posición que ella. O de rivalizar de tú a tú.
Como no tenía intenciones de hacer frente a Hageshi, porque no le hacía ningún favor, optó por...
—Opino que lo que sucedió durante las pruebas teóricas no refleja realmente nuestro desempeño. Cuenta más lo que sucedió luego de, cuando las cosas se pusieron feas. Aunque, Hageshi-sama, tienes razón. Me falta rodaje. Pero eso se consigue allí afuera, haciendo frente a los grandes desafíos que te pone el jodido destino.
»Le hice frente cuando tuve que matar a Katame. Y también le haré frente hoy. Los tiburones sencillamente no nadamos hacia atrás.
Allí tenía Yui-sama su elección. Buena o mala, pero suya al fin y al cabo.