19/09/2018, 23:44
Su alumno era tal y como se le describía en la ficha, aunque Juro no pudo evitar sentirse igual de sorprendido. Era, desde luego, peculiar. Su piel era oscura, y su pelo, completamente blanco, abundante, y rebelde. Sus ojos, de color gris, parecían dos pozos de pura tranquilidad y parsimonia.
Cerró la puerta, y caminó tranquilamente a sentarse en el cojín. Hizo exactamente lo que le dijo Juro.
« Bueno. Parece que hace lo que le digo » — pensó, con cierto alivio. Pero su mirada seria no dejó traslucir nada de eso. Tenía que mantener la compostura.
Mientras miraba el libro y pensaba en lo que hacer, su alumno le sorprendió con una clase de pregunta.
—Y… ¿Cómo le va con eso de ser instructor?
Alzó una ceja. ¿Le estaba tomando el pelo?
— P-pues muy bien... — murmuró, sin comprender a dónde iba todo aquello. Después, quiso darse un golpe. ¿¡Qué estaba haciendo!? ¡Tenía que imponerse! Volvió a su mirada y tono frío —. Si no te importa, dejaremos las preguntas personales para más tarde. Hay cosas más importantes que atender.
Frío y cortante. Sí, sí, eso sonaba muy bien. Solo tenía que mantenerse. ¿Qué debía hacer ahora? ¡Oh! ¡El té!
— Bienvenido al dojo, Kazuma-kun. Espero que hayas dormido bien, porque te veo bastante adormilado — dijo Juro, refiriendose a su aparente falta de vitalidad. Tanta tranquilidad no era buena para un chico tan joven —. Mi nombre es Eikyu Juro, y soy Jōnin de Kusagakure. Tal y como habrás adivinado, yo seré tu sensei a partir de ahora. Espero que te guste el té verde. Estas conversaciones siempre son mejor con algo para acompañarlas.
Solo entonces, Juro se permitió sonreír. Era su aparente sonrisa amable, pero con un matiz más serio.
Con parsimonia, Juro cerró el libro, cogió la tetera (consiguió que sus manos no temblaran) y sirvió los dos vasos. Eso lo había aprendido del Morikage. Una conversación siempre era mejor con algo para beber. Podías esconderte tras el vaso, y relajarte, por muy duras que fueran las palabras que fueras a escuchar. Una vez lo echó, miró a Kazuma otra vez.
— Para empezar, me gustaría que te presentaras. Tú nombre, aficiones, tu paso por la academia, porque te volviste ninja... Ya sabes, todo eso — dijo Juro, con un gesto de manos.
Cerró la puerta, y caminó tranquilamente a sentarse en el cojín. Hizo exactamente lo que le dijo Juro.
« Bueno. Parece que hace lo que le digo » — pensó, con cierto alivio. Pero su mirada seria no dejó traslucir nada de eso. Tenía que mantener la compostura.
Mientras miraba el libro y pensaba en lo que hacer, su alumno le sorprendió con una clase de pregunta.
—Y… ¿Cómo le va con eso de ser instructor?
Alzó una ceja. ¿Le estaba tomando el pelo?
— P-pues muy bien... — murmuró, sin comprender a dónde iba todo aquello. Después, quiso darse un golpe. ¿¡Qué estaba haciendo!? ¡Tenía que imponerse! Volvió a su mirada y tono frío —. Si no te importa, dejaremos las preguntas personales para más tarde. Hay cosas más importantes que atender.
Frío y cortante. Sí, sí, eso sonaba muy bien. Solo tenía que mantenerse. ¿Qué debía hacer ahora? ¡Oh! ¡El té!
— Bienvenido al dojo, Kazuma-kun. Espero que hayas dormido bien, porque te veo bastante adormilado — dijo Juro, refiriendose a su aparente falta de vitalidad. Tanta tranquilidad no era buena para un chico tan joven —. Mi nombre es Eikyu Juro, y soy Jōnin de Kusagakure. Tal y como habrás adivinado, yo seré tu sensei a partir de ahora. Espero que te guste el té verde. Estas conversaciones siempre son mejor con algo para acompañarlas.
Solo entonces, Juro se permitió sonreír. Era su aparente sonrisa amable, pero con un matiz más serio.
Con parsimonia, Juro cerró el libro, cogió la tetera (consiguió que sus manos no temblaran) y sirvió los dos vasos. Eso lo había aprendido del Morikage. Una conversación siempre era mejor con algo para beber. Podías esconderte tras el vaso, y relajarte, por muy duras que fueran las palabras que fueras a escuchar. Una vez lo echó, miró a Kazuma otra vez.
— Para empezar, me gustaría que te presentaras. Tú nombre, aficiones, tu paso por la academia, porque te volviste ninja... Ya sabes, todo eso — dijo Juro, con un gesto de manos.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60