20/09/2018, 00:59
Karamaru siguió a su compañero por sin la confianza de este. Miró constantemente al pensativo gordo en el corto recorrido hasta la puerta. Como su pudiese ver a través de las paredes el mismo hombre que había llevado al tiburón hasta el lugar había abierto el camino, pero esta vez lo verían con un rostro serio y de pocos amigos. Solo entonces, cuando estaban a punto de salir de la sala, el gordo contestó.
— Que tengan buen día, tendrán muchas cosas de las que ocuparse, sí sí, no te equivocas.
Si echaban la vista atrás una sonrisa siniestra y una mirada pícara acompañaban el frotar de manos del hombre sin nombre. Los gennin saldrían entonces y la puerta se cerraría detrás de sí haciendo desaparecer al supuesto amejin gordo del rango de visión y a su séquito guía de Kaido, que había cruzado el umbral para ver a su señor.. En ese momento sería cuando las cosas se complicarían más de la cuenta.
Sería raro al principio, unos segundos hasta darse cuenta, hasta recibir el choque. Pero no había ruido, no había humo. Era sensación de sentirse desencajado, pues cuando salieran del pasillo verían que tampoco había gente, solo un hombre flaco y pálido de anteojos vestido de negro limpiando vasos detrás de la barra.
— Ese gordo... algo pasa....— obvio el calvo, pero él no se daba cuenta de lo que pasaba en realidad. Si el Hozuki estaba atento y recordaba el complicado camino que cruzó a través de tanta gente sin poder ver demasiado, notaría que el ambiente estaba desordenado. Las mesas en otro lugar, las puertas en otro lugar, las escaleras... brillaban por su ausencia.
El barman los miró mientras se limpiaba los anteojos con el mismo trapo azul con los que limpiaba los vasos y luego volvió concentrado a su trabajo.
— Que tengan buen día, tendrán muchas cosas de las que ocuparse, sí sí, no te equivocas.
Si echaban la vista atrás una sonrisa siniestra y una mirada pícara acompañaban el frotar de manos del hombre sin nombre. Los gennin saldrían entonces y la puerta se cerraría detrás de sí haciendo desaparecer al supuesto amejin gordo del rango de visión y a su séquito guía de Kaido, que había cruzado el umbral para ver a su señor.. En ese momento sería cuando las cosas se complicarían más de la cuenta.
Sería raro al principio, unos segundos hasta darse cuenta, hasta recibir el choque. Pero no había ruido, no había humo. Era sensación de sentirse desencajado, pues cuando salieran del pasillo verían que tampoco había gente, solo un hombre flaco y pálido de anteojos vestido de negro limpiando vasos detrás de la barra.
— Ese gordo... algo pasa....— obvio el calvo, pero él no se daba cuenta de lo que pasaba en realidad. Si el Hozuki estaba atento y recordaba el complicado camino que cruzó a través de tanta gente sin poder ver demasiado, notaría que el ambiente estaba desordenado. Las mesas en otro lugar, las puertas en otro lugar, las escaleras... brillaban por su ausencia.
El barman los miró mientras se limpiaba los anteojos con el mismo trapo azul con los que limpiaba los vasos y luego volvió concentrado a su trabajo.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘