20/09/2018, 15:03
(Última modificación: 20/09/2018, 15:04 por Aotsuki Ayame.)
—¿A... buscar trabajo...? —preguntó Yuna, algo confundida. Sin embargo el chico se corrigió enseguida y la comprensión brilló en los ojos de la recepcionista—. ¡Ah! ¡Una misión! Claro, claro. ¿Es la primera que haces?
Mientras hablaba, había abierto el último cajón del escritorio y sus dedos bailaban ágiles entre los formularios. No tardó más de unos pocos segundos en encontrar lo que estaba buscando y le tendió al muchacho un pergamino enrollado que tenía un sello de cera con la letra D y el símbolo de Kusagakure dibujada en verde sobre él.
—Si tienes cualquier pregunta no tienes más que decirlo —le dijo, amable, guiñándole un ojo.
Mientras hablaba, había abierto el último cajón del escritorio y sus dedos bailaban ágiles entre los formularios. No tardó más de unos pocos segundos en encontrar lo que estaba buscando y le tendió al muchacho un pergamino enrollado que tenía un sello de cera con la letra D y el símbolo de Kusagakure dibujada en verde sobre él.
—Si tienes cualquier pregunta no tienes más que decirlo —le dijo, amable, guiñándole un ojo.