21/09/2018, 01:56
(Última modificación: 21/09/2018, 01:59 por Umikiba Kaido. Editado 1 vez en total.)
¡Bam! el inmenso can había logrado salvar a su dueña, con una severa embestida. El Kaguya rodó poco después, retrayendo sus huesos, y encarando poco después a sus oponentes.
Para entonces, Ikari ya se encontraba frente a él; con una sonrisa ensombrecida vistiéndole el rostro y mirado a In'eimaru por el rabillo del ojo. Riko escuchaba a su diestra un ligero gruñido de advertencia, que demostraba que el ninken estaba en plena alerta. Pero ambos eran demasiado inexperimentados. La inexpugnable mirada de su líder, montado sobre su propio perro; y el del otro, aún a pie, se ceñía sobre ella.
Tenía que demostrarlo. Valor. Fortaleza. Fiereza.
—¡Grrrr! —exclamó con los brazos en cruz, afinando el chakra que le convertía en una bestia, con los ojos moviéndose de lado a lado tratando de discernir los movimientos de su rival—. —¡Sombra!
Riko lo sintió. Oh, vaya que sí. El de la punta de su hueso colarse a través de la piel de su oponente. O, bueno, parte de ella, pues Ikari había hecho lo propio para que el hueso calara entre su antebrazo y la axila. La arremetida del mismo Kaguya le permitió, al coste de que aquel hueso le rajase bien, cerrar el ala en el último segundo y apretar con la fuerza de un cancerbero. Uno de los brazos de la mujer se enrolló fuerte en el de Riko, mientras la axila hacía la de apriete. Se podía decir que era una especie de llave retentiva.
Y en el momento en el que cerró la llave, In'eimaru apareció por encima de los dos dando un giro completo. Y meando, como otra no podía ser, sobre la cara de Riko.
Sólo entonces Ikari movió la pierna, en un giro ascendente, y ejecutó una técnica tan simple cuyo poder a veces era sobrevalorado.
—¡Konoha Reppū!
· PV:–
· CK:–
Para entonces, Ikari ya se encontraba frente a él; con una sonrisa ensombrecida vistiéndole el rostro y mirado a In'eimaru por el rabillo del ojo. Riko escuchaba a su diestra un ligero gruñido de advertencia, que demostraba que el ninken estaba en plena alerta. Pero ambos eran demasiado inexperimentados. La inexpugnable mirada de su líder, montado sobre su propio perro; y el del otro, aún a pie, se ceñía sobre ella.
Tenía que demostrarlo. Valor. Fortaleza. Fiereza.
—¡Grrrr! —exclamó con los brazos en cruz, afinando el chakra que le convertía en una bestia, con los ojos moviéndose de lado a lado tratando de discernir los movimientos de su rival—. —¡Sombra!
Riko lo sintió. Oh, vaya que sí. El de la punta de su hueso colarse a través de la piel de su oponente. O, bueno, parte de ella, pues Ikari había hecho lo propio para que el hueso calara entre su antebrazo y la axila. La arremetida del mismo Kaguya le permitió, al coste de que aquel hueso le rajase bien, cerrar el ala en el último segundo y apretar con la fuerza de un cancerbero. Uno de los brazos de la mujer se enrolló fuerte en el de Riko, mientras la axila hacía la de apriete. Se podía decir que era una especie de llave retentiva.
Y en el momento en el que cerró la llave, In'eimaru apareció por encima de los dos dando un giro completo. Y meando, como otra no podía ser, sobre la cara de Riko.
Sólo entonces Ikari movió la pierna, en un giro ascendente, y ejecutó una técnica tan simple cuyo poder a veces era sobrevalorado.
—¡Konoha Reppū!
· PV:
150/170
- 20 PV
–· CK:
149/190
- 36 CK
–reg. dividida
–