20/09/2015, 18:43
Eri lanzó una mirada asesina al rubio portador del sharingan, acababa de cometer un error grave al haber insinuado algo así, aunque no sabía con exactitud a quién se refería, pero no había estado bien. Yuna, por su parte, mostró una débil sonrisa y bajó su cabeza, posando su mirada en sus huesudas manos mientras estas jugaban entre sí, parecía nerviosa. La kunoichi de cabellos azulados posó una de sus manos sobre las de la mujer, pero cuando la joven quiso susurrar unas palabras de disculpa por el acto del rubio, la mujer de cabellos canos habló.
-Verás, mi querido muchacho... - Habló lo más clara posible, sin levantar la vista. - Creo que tienes una idea equivocada de mí. - Terminó, mirando a Nabi.
Eri suspiró, no recordaba a Yuna hablar así a nadie, siempre fue comprensiva y buena con los niños del orfanato, además de que a ella siempre la cuidó, no tanto como un familiar, o como una madre, pero intentaba cuidarlos a todos por igual siempre dentro de lo ordenado por el jefe de dicho lugar, él era el verdadero culpable de todo, y esos pensamientos hacían a Eri fruncir el ceño y cerrar el puño con fuerza.
'' Estúpido jefe con sus estúpidas reglas y su estúpido orfanato...''
- Sin embargo, estás en todo tu derecho, ya que en aquel lugar no se te dio un buen trato, y eso que eras el más veterano allí. - Prosiguió, cuando Mike se subió sobre sus piernas queriendo ser acariciado por la mujer, que acató la orden gustosa. -Por lo cual, si necesitáis preguntar algo, preguntad, ya luego si se puede y me permitís, resolveré mis dudas y os daré lo que vine a daros. - Se ofreció, con otra sonrisa. Las arrugas de su cara se acentuaban cuando formaba esa curva con los labios, y Eri se preguntó que cuántos años tenía, ya que cuando trabajaba en la gran casa era mucho más joven, sin embargo parecía que había pasado un siglo para esa mujer que estaba sentada a su derecha.
Miró a Nabi, no sabía si debía preguntar algo a la mujer o no, pero no sabía se debía hacerlo ahora, o después de que el Uchiha volviese a preguntar, así que, de perdidos al río, fue ella la primera.
''¡Las damas primero!''
Pero cuando su boca se abrió, nada saldría de ella, quedándose en blanco totalmente. Qué estúpida, mejor guardaría silencio y dejaría a los mayores hablar.
-Verás, mi querido muchacho... - Habló lo más clara posible, sin levantar la vista. - Creo que tienes una idea equivocada de mí. - Terminó, mirando a Nabi.
Eri suspiró, no recordaba a Yuna hablar así a nadie, siempre fue comprensiva y buena con los niños del orfanato, además de que a ella siempre la cuidó, no tanto como un familiar, o como una madre, pero intentaba cuidarlos a todos por igual siempre dentro de lo ordenado por el jefe de dicho lugar, él era el verdadero culpable de todo, y esos pensamientos hacían a Eri fruncir el ceño y cerrar el puño con fuerza.
'' Estúpido jefe con sus estúpidas reglas y su estúpido orfanato...''
- Sin embargo, estás en todo tu derecho, ya que en aquel lugar no se te dio un buen trato, y eso que eras el más veterano allí. - Prosiguió, cuando Mike se subió sobre sus piernas queriendo ser acariciado por la mujer, que acató la orden gustosa. -Por lo cual, si necesitáis preguntar algo, preguntad, ya luego si se puede y me permitís, resolveré mis dudas y os daré lo que vine a daros. - Se ofreció, con otra sonrisa. Las arrugas de su cara se acentuaban cuando formaba esa curva con los labios, y Eri se preguntó que cuántos años tenía, ya que cuando trabajaba en la gran casa era mucho más joven, sin embargo parecía que había pasado un siglo para esa mujer que estaba sentada a su derecha.
Miró a Nabi, no sabía si debía preguntar algo a la mujer o no, pero no sabía se debía hacerlo ahora, o después de que el Uchiha volviese a preguntar, así que, de perdidos al río, fue ella la primera.
''¡Las damas primero!''
Pero cuando su boca se abrió, nada saldría de ella, quedándose en blanco totalmente. Qué estúpida, mejor guardaría silencio y dejaría a los mayores hablar.