21/09/2018, 12:47
Pero, antes de que pudiera adentrarse demasiado en la plataforma, Zetsuo alzó la palma de su mano, indicándole que se detuviera. Ella lo hizo, inquieta al verle situarse en el otro extremo del cuadrilátero. Volvió a intercambiar el peso de una pierna a otra y ya estaba empezando a prepararse ante un inminente enfrentamiento cuando su voz llegó hasta ella.
—Hoy vamos a hacer algo distinto. Quiero que me respondas a dos preguntas muy sencillas: ¿Quién eres? ¿Qué eres?
Ayame parpadeó, confundida ante lo repentino de la cuestión. En su superficie eran dos preguntas de lo más simples, pero intuía que encerraban algo en su interior y que debía pensar bien en las palabras que iban a formular sus labios. Por eso, tras meditarlo durante unos instantes, respiró hondo y relajó la postura de su cuerpo:
—Soy Aotsuki Ayame. Soy miembro del clan Hōzuki. Soy kunoichi de la aldea de Amegakure; y... —apretó sendos puños a ambos lados de su costado antes de añadir en voz más baja—: La guardiana del Gobi.
—Hoy vamos a hacer algo distinto. Quiero que me respondas a dos preguntas muy sencillas: ¿Quién eres? ¿Qué eres?
Ayame parpadeó, confundida ante lo repentino de la cuestión. En su superficie eran dos preguntas de lo más simples, pero intuía que encerraban algo en su interior y que debía pensar bien en las palabras que iban a formular sus labios. Por eso, tras meditarlo durante unos instantes, respiró hondo y relajó la postura de su cuerpo:
—Soy Aotsuki Ayame. Soy miembro del clan Hōzuki. Soy kunoichi de la aldea de Amegakure; y... —apretó sendos puños a ambos lados de su costado antes de añadir en voz más baja—: La guardiana del Gobi.