21/09/2018, 13:12
Hozuki Chokichi, a su vez, observó a Uchiha Akame también como verdaderamente era. Con esa risa suya de demente. De loco. Akame le gritó, ni enfadado ni molesto, sino satisfecho con la respuesta que le había dado. Se acercó a él, y Hozuki retrocedió un paso, notando las manos pesadas. No, pesadas no, era algo más que eso. Era…
«Pero, ¿qué…?» Una barra de acero en sus manos. Conveniente puesta allí, como si de una señal de los Dioses se tratara, para poner fin a aquella barbarie llamada Uchiha Akame. A aquel cabrón hijo de puta que no hacía más que burlarse de él. Una y otra vez, con aires de superioridad moral, ética y ninja.
¡Le repateaba! ¡Y claro que estaba enfadado! ¡Furioso! Y él, él podía poner fin a todo aquello. A la farsa que eran los Uchiha. Al daño continuo que hacían a la Villa. A su irritante existencia. Le temblaban los mofletes y estaba rojo de ira. Solo tenía que levantar la mano, y…
…
… un sonido metálico se produjo contra el suelo. Hozuki Chokichi cayó de rodillas, con las manos en el rostro para esconder sus lágrimas. Quiso decirse a sí mismo que no lo había hecho porque Akame era el jinchuuriki. Porque era el guardián del bijuu. Por camaradería. Pero sería engañarse a sí mismo.
Simplemente, no lo tenía en el interior. No era un hombre de acción, y aunque alguna vez se atreviese a ir en contra de su naturaleza, jamás dejaría de ser quién era. Sollozó, como un niño pequeño, rabioso e impotente al mismo tiempo. Era tan débil… tan débil, que se odiaba a sí mismo por ello. Se detestaba por lo que no era capaz de hacer.
Por lo que debía hacer.
«Pero, ¿qué…?» Una barra de acero en sus manos. Conveniente puesta allí, como si de una señal de los Dioses se tratara, para poner fin a aquella barbarie llamada Uchiha Akame. A aquel cabrón hijo de puta que no hacía más que burlarse de él. Una y otra vez, con aires de superioridad moral, ética y ninja.
¡Le repateaba! ¡Y claro que estaba enfadado! ¡Furioso! Y él, él podía poner fin a todo aquello. A la farsa que eran los Uchiha. Al daño continuo que hacían a la Villa. A su irritante existencia. Le temblaban los mofletes y estaba rojo de ira. Solo tenía que levantar la mano, y…
…
… un sonido metálico se produjo contra el suelo. Hozuki Chokichi cayó de rodillas, con las manos en el rostro para esconder sus lágrimas. Quiso decirse a sí mismo que no lo había hecho porque Akame era el jinchuuriki. Porque era el guardián del bijuu. Por camaradería. Pero sería engañarse a sí mismo.
Simplemente, no lo tenía en el interior. No era un hombre de acción, y aunque alguna vez se atreviese a ir en contra de su naturaleza, jamás dejaría de ser quién era. Sollozó, como un niño pequeño, rabioso e impotente al mismo tiempo. Era tan débil… tan débil, que se odiaba a sí mismo por ello. Se detestaba por lo que no era capaz de hacer.
Por lo que debía hacer.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado