21/09/2018, 13:40
Tras dar un par de pasos pude denotar que el lugar estaba abarrotado, prácticamente.
«Parece que es más popular de lo que parece»
A pesar de que todo el mundo parecía estar ocupado, uno de los trabajadores me abordó, era evidente que no podrían dejar ir a un nuevo cliente.
—Muchas gracias, muy atento— caminé por dónde me señalaba posiblemente uno de los anfitriones, o mesoneros, no sabía bien qué era, porque después vi que tenía el mismo uniforme que los demás, mientras me desplazaba lentamente para evitar tropezar con alguien, escuchaba como me decían que no tenían ninguna mesa disponible —. Oh... Vale, entiendo, sí, se ve que tienen todo ocupado— no obstante, el sujeto no se daba por vencido, halagaba cada uno de los platillos que salían de la cocina, y para muestra un botón, realmente el local estaba abarrotado.
«¿Compartir la mesa con un extraño?» Esa era una de las soluciones del hombre, la otra sería esperar a que se desocupase una, y a una dama no era bueno hacerla esperar. «Solo será un par de minutos, no creo que nada malo pueda pasar...»
—De acuerdo, usted gana, ¿en dónde está la mesa?— dije con resignación y tras escuchar que se encontraba junto a la ventana la ubiqué visualmente para luego caminar con sumo cuidado, lo difícil era evitar tropezar a la gente con la túnica que cargaba.
Al llegar noté que en ella había una persona bastante joven, un chico de tez morena y cabellera blanca, estaba despeinado, tenía ojos grises, se veía bastante tranquilo, como una persona tímida. —Buenas, disculpa, ¿es usted quién está dispuesto a compartir la mesa?
«Parece que es más popular de lo que parece»
A pesar de que todo el mundo parecía estar ocupado, uno de los trabajadores me abordó, era evidente que no podrían dejar ir a un nuevo cliente.
—Muchas gracias, muy atento— caminé por dónde me señalaba posiblemente uno de los anfitriones, o mesoneros, no sabía bien qué era, porque después vi que tenía el mismo uniforme que los demás, mientras me desplazaba lentamente para evitar tropezar con alguien, escuchaba como me decían que no tenían ninguna mesa disponible —. Oh... Vale, entiendo, sí, se ve que tienen todo ocupado— no obstante, el sujeto no se daba por vencido, halagaba cada uno de los platillos que salían de la cocina, y para muestra un botón, realmente el local estaba abarrotado.
«¿Compartir la mesa con un extraño?» Esa era una de las soluciones del hombre, la otra sería esperar a que se desocupase una, y a una dama no era bueno hacerla esperar. «Solo será un par de minutos, no creo que nada malo pueda pasar...»
—De acuerdo, usted gana, ¿en dónde está la mesa?— dije con resignación y tras escuchar que se encontraba junto a la ventana la ubiqué visualmente para luego caminar con sumo cuidado, lo difícil era evitar tropezar a la gente con la túnica que cargaba.
Al llegar noté que en ella había una persona bastante joven, un chico de tez morena y cabellera blanca, estaba despeinado, tenía ojos grises, se veía bastante tranquilo, como una persona tímida. —Buenas, disculpa, ¿es usted quién está dispuesto a compartir la mesa?
Hablo (Aquamarine)
«Pienso»
Akito (Teal)
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