22/09/2018, 01:28
Riko abrió los ojos, mareado, posiblemente por el viaje que estaba realizando, pero no era capaz de moverse, apenas podía respirar con normalidad y ya, por lo que se dejó llevar.
Escuchaba el repiqueteo de unas patas caminando por un lodazal y con su rostro podía notar el pelo sobre el que estaba apoyado, posiblemente alguno de aquellos canes que le habían atacado y unas gotas de lluvia caían sobre él, refrescándole, aunque no le ayudaban a terminar de espabilar y, tal cual se había despertado, volvió a caer rendido.
Volvió a despertar, y se removió en su sitio, sintiendo aún aquellas punzadas del último golpe que le había dado la mujer antes de caer al suelo, a su alrededor solo podía ver bambús, todos idénticos, únicamente veía eso, mirara donde mirase.
—Peleaste, bien, como todos tus antepasados — Aquella voz le sorprendió, y trató de buscar su fuente con la mirada, un tipo grande, con muchísimas cicatrices que dejaban en claro que había participado en cientos de batallas pero una de ellas, la que le cruzaba la cara de parte a parte, era sin duda, la peor de ellas.
. ¿cómo te llamas?
No sabía de qué le estaba hablando, simplemente no comprendía nada, y entonces la vio, allí estaba también la mujer con la que había peleado, cubierta de vendas y aún inconsciente.
—¿Qué-Qué queréis de mi?
Escuchaba el repiqueteo de unas patas caminando por un lodazal y con su rostro podía notar el pelo sobre el que estaba apoyado, posiblemente alguno de aquellos canes que le habían atacado y unas gotas de lluvia caían sobre él, refrescándole, aunque no le ayudaban a terminar de espabilar y, tal cual se había despertado, volvió a caer rendido.
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Volvió a despertar, y se removió en su sitio, sintiendo aún aquellas punzadas del último golpe que le había dado la mujer antes de caer al suelo, a su alrededor solo podía ver bambús, todos idénticos, únicamente veía eso, mirara donde mirase.
—Peleaste, bien, como todos tus antepasados — Aquella voz le sorprendió, y trató de buscar su fuente con la mirada, un tipo grande, con muchísimas cicatrices que dejaban en claro que había participado en cientos de batallas pero una de ellas, la que le cruzaba la cara de parte a parte, era sin duda, la peor de ellas.
. ¿cómo te llamas?
No sabía de qué le estaba hablando, simplemente no comprendía nada, y entonces la vio, allí estaba también la mujer con la que había peleado, cubierta de vendas y aún inconsciente.
—¿Qué-Qué queréis de mi?
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»