24/09/2018, 00:10
«Me cago en todo...» Maldijo para sí.
Ahora no solo no había servido para nada, si no que había perdido su única fuente de alimento a la vista por lo que rápidamente tuvo que pensar en otro plan y, dada su habilidad, se le ocurrió otra forma de atraer la atención del perro, aunque primero se aseguraría de que no venía nadie.
De su pierna comenzó a extraer un hueso de un tamaño considerable, el fémur, un hueso lo bastante suculento como para que cualquier perro se muriese por jugar con él, o al menos eso era lo que pensaba el pelinegro cuando sacó el brazo por uno de los lados de la jaula, alejado del perro y lo lanzó con todas sus ganas, esperando que el animal siguiese el juguete y se distrayese el tiempo suficiente como para salir de allí.
Ahora no solo no había servido para nada, si no que había perdido su única fuente de alimento a la vista por lo que rápidamente tuvo que pensar en otro plan y, dada su habilidad, se le ocurrió otra forma de atraer la atención del perro, aunque primero se aseguraría de que no venía nadie.
De su pierna comenzó a extraer un hueso de un tamaño considerable, el fémur, un hueso lo bastante suculento como para que cualquier perro se muriese por jugar con él, o al menos eso era lo que pensaba el pelinegro cuando sacó el brazo por uno de los lados de la jaula, alejado del perro y lo lanzó con todas sus ganas, esperando que el animal siguiese el juguete y se distrayese el tiempo suficiente como para salir de allí.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»