24/09/2018, 00:22
¡Pero Riko no iba a rendirse tan fácilmente! ¡Tenía un as perfecto bajo la manga! que no iba a funcionar con un jodido Ninken.
In'eimaru era un perro grande, adiestrado. Con el entrenamiento suficiente como para saber separar sus hobbies de la responsabilidad que se le había asignado, que era la de vigilar que la suculenta "fábrica de huesos" llamada Riko no se escapara de su celda.
El hueso voló en dirección contraria, pero el perro no lo siguió. En cambio, se levantó con las fauces abiertas y empezó a caminar hacia Riko. Tenía la única cara que podía tener un perro que se sentía bastante ofendido.
In'eimaru era un perro grande, adiestrado. Con el entrenamiento suficiente como para saber separar sus hobbies de la responsabilidad que se le había asignado, que era la de vigilar que la suculenta "fábrica de huesos" llamada Riko no se escapara de su celda.
El hueso voló en dirección contraria, pero el perro no lo siguió. En cambio, se levantó con las fauces abiertas y empezó a caminar hacia Riko. Tenía la única cara que podía tener un perro que se sentía bastante ofendido.