26/09/2018, 00:19
El perro se acercó amenazador, pero al menos no se acercó hasta la puerta, evitando así descubrir que Riko la había forzado y podría escapar en cualquier momento, por lo que se tranquilizó en parte, podría esperar a una mejor oportunidad, pero, sin duda, aquel animal no se iba a alejar de allí sin una buena razón.
In'eimaru abrió las fauces, a modo de advertencia de que se dejara de jueguecitos y no le molestara con más tonterías.
—De acuerdo, no más huesos ni nada del estilo, entendido. — Aceptó el pelinegro levantando su pulgar derecho.
Y se sentó en el suelo, mirando en dirección al perro, esperando cualquier atisbo de distracción para empezar su fuga, aunque de vez en cuando echaba un vistazo al rededor para ver que nadie se acercara por allí.
In'eimaru abrió las fauces, a modo de advertencia de que se dejara de jueguecitos y no le molestara con más tonterías.
—De acuerdo, no más huesos ni nada del estilo, entendido. — Aceptó el pelinegro levantando su pulgar derecho.
Y se sentó en el suelo, mirando en dirección al perro, esperando cualquier atisbo de distracción para empezar su fuga, aunque de vez en cuando echaba un vistazo al rededor para ver que nadie se acercara por allí.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»