26/09/2018, 02:09
Hageshi torció ligeramente la cabeza.
—No tenemos constancia de ello —respondió—. El Daimyo no va a pagar dos veces por el mismo trabajo, por muy forrado que esté, y Dragón Rojo siempre tuvo mucho cuidado de no meter sus narices en los países con Aldeas Ocultas. Si están tras ellos, es por su propia cuenta y por algo personal.
Dio una calada, y una sonrisa traviesa volvió a formarse en su rostro.
—Y nos ha tocado la jodida lotería, Kaido, porque según nuestras últimas informaciones, tienen algo muy personal por lo que podrían ir tras ellos. No sabemos si están yendo a por ellos o no, pero sí que tienen un motivo. Y, lo más importante y que verdaderamente importa, que Dragón Rojo lo sabe.
—No tenemos constancia de ello —respondió—. El Daimyo no va a pagar dos veces por el mismo trabajo, por muy forrado que esté, y Dragón Rojo siempre tuvo mucho cuidado de no meter sus narices en los países con Aldeas Ocultas. Si están tras ellos, es por su propia cuenta y por algo personal.
Dio una calada, y una sonrisa traviesa volvió a formarse en su rostro.
—Y nos ha tocado la jodida lotería, Kaido, porque según nuestras últimas informaciones, tienen algo muy personal por lo que podrían ir tras ellos. No sabemos si están yendo a por ellos o no, pero sí que tienen un motivo. Y, lo más importante y que verdaderamente importa, que Dragón Rojo lo sabe.