26/09/2018, 02:20
—No tenemos constancia de ello —respondió ella, y Kaido ladeó la cabeza un poco, mientras paseaba su mirada por cada uno de los nombres de los pergaminos que bien habían quedado en un segundo plano—. El Daimyo no va a pagar dos veces por el mismo trabajo, por muy forrado que esté, y Dragón Rojo siempre tuvo mucho cuidado de no meter sus narices en los países con Aldeas Ocultas. Si están tras ellos, es por su propia cuenta y por algo personal.
Entonces, el humo que salió de su boca, casi que premonitorio, mostró un panorama jodidamente pintoresco para la causa.
—Y nos ha tocado la jodida lotería, Kaido, porque según nuestras últimas informaciones, tienen algo muy personal por lo que podrían ir tras ellos. No sabemos si están yendo a por ellos o no, pero sí que tienen un motivo. Y, lo más importante y que verdaderamente importa, que Dragón Rojo lo sabe.
¿Pero qué? ¿Qué sabía Dragón Rojo? ¿Qué era eso tan personal que podría desencadenar que el Remolino actuase en contra de ésta organización?
—¿Y qué es? ¿un exiliado, tal vez? —dijo, dando patadas de ahogado.
Entonces, el humo que salió de su boca, casi que premonitorio, mostró un panorama jodidamente pintoresco para la causa.
—Y nos ha tocado la jodida lotería, Kaido, porque según nuestras últimas informaciones, tienen algo muy personal por lo que podrían ir tras ellos. No sabemos si están yendo a por ellos o no, pero sí que tienen un motivo. Y, lo más importante y que verdaderamente importa, que Dragón Rojo lo sabe.
¿Pero qué? ¿Qué sabía Dragón Rojo? ¿Qué era eso tan personal que podría desencadenar que el Remolino actuase en contra de ésta organización?
—¿Y qué es? ¿un exiliado, tal vez? —dijo, dando patadas de ahogado.