26/09/2018, 02:40
(Última modificación: 26/09/2018, 03:06 por Uchiha Datsue. Editado 2 veces en total.
Razón: Lío con quién asesinó a quién xD
)
Negó con la cabeza. Pese a que se veía trataba de disimularlo, no podía ocultar su diversión.
—¿Recuerdas tu informe? —Aquel que había hecho en su anterior misión, cuando había asesinado a Katame—. Mencionaste que Kila había averiguado para quién trabajaba Katame gracias a una amiga prostituta. Si el muy palurdo iba soltando cosas así de manera tan fácil… ¿qué otras cosas no habría contado?
Katame, sin ningún tipo de duda, era el mayor bocazas que Dragón Rojo había tenido en su corta historia. Gracias a él —incluso de muerto— había averiguado más sobre la organización que en todos los meses anteriores en los que había estado investigando. Parte de los escritos que había entregado a Kaido, de hecho, era gracias a su lengua suelta.
Los Dioses habían sido crueles al permitir que el Tiburón se cobrase a su presa, porque quizá ya ahora estaría toda la banda desmantelada. Pero un ninja no trabajaba con posibilidades ni sueños, sino con información. Y Kaido, pese a que no se hubiese dado cuenta en el momento, había dejado varios hilos de los que tirar.
Y uno de ellos era, precisamente, la prostituta.
—Envié a un ninja a dicho prostíbulo para que le hiciese un interrogatorio a fondo. —Pese a que trataba de contenerla, su sonrisa felina se iba ensanchando más y más—. Oh, y no veas como ese zorro cantaba cuando estaba bajo las sábanas. Al parecer, aseguró que Zaide había matado a Hayai, un Cabeza de Dragón, en una batalla en las Montañas de la Tierra, en Descenso. Y que una mujer había asesinado a Cuatro, otro Cabeza de Dragón, en esa misma batalla. Que él había matado a Zaide, consiguiendo así el derecho a pertenecer a la banda... —La regla era de lo más sencilla: para ser un Cabeza de Dragón, antes debías asesinar a otra Cabeza. Eso, o ejecutar al asesino de un antiguo Cabeza de Dragón, como había sido el caso de Katame. Pues Zaide, como ya se había mencionado, había asesinado a Hayai—. Y que Muñeca había acabado con la mujer y la cría.
Dio una honda calada, dejando que Kaido asimilase toda aquella información. Sabía que, si no se estaba metido de lleno en la historia, como ella ya lo estaba, podía resultar algo confuso al principio.
—Y aquí viene lo mejor, Kaido —aseguró, con una sonrisa torcida—. La mujer y la chica… Eran una chunin y una genin de Uzushiogakure no Sato. Sakamoto Nagisa y Sakamoto Koko. —No, no tenían un exiliado, como había aventurado Kaido. Tenían algo mejor: una jodida venganza.
—¿Recuerdas tu informe? —Aquel que había hecho en su anterior misión, cuando había asesinado a Katame—. Mencionaste que Kila había averiguado para quién trabajaba Katame gracias a una amiga prostituta. Si el muy palurdo iba soltando cosas así de manera tan fácil… ¿qué otras cosas no habría contado?
Katame, sin ningún tipo de duda, era el mayor bocazas que Dragón Rojo había tenido en su corta historia. Gracias a él —incluso de muerto— había averiguado más sobre la organización que en todos los meses anteriores en los que había estado investigando. Parte de los escritos que había entregado a Kaido, de hecho, era gracias a su lengua suelta.
Los Dioses habían sido crueles al permitir que el Tiburón se cobrase a su presa, porque quizá ya ahora estaría toda la banda desmantelada. Pero un ninja no trabajaba con posibilidades ni sueños, sino con información. Y Kaido, pese a que no se hubiese dado cuenta en el momento, había dejado varios hilos de los que tirar.
Y uno de ellos era, precisamente, la prostituta.
—Envié a un ninja a dicho prostíbulo para que le hiciese un interrogatorio a fondo. —Pese a que trataba de contenerla, su sonrisa felina se iba ensanchando más y más—. Oh, y no veas como ese zorro cantaba cuando estaba bajo las sábanas. Al parecer, aseguró que Zaide había matado a Hayai, un Cabeza de Dragón, en una batalla en las Montañas de la Tierra, en Descenso. Y que una mujer había asesinado a Cuatro, otro Cabeza de Dragón, en esa misma batalla. Que él había matado a Zaide, consiguiendo así el derecho a pertenecer a la banda... —La regla era de lo más sencilla: para ser un Cabeza de Dragón, antes debías asesinar a otra Cabeza. Eso, o ejecutar al asesino de un antiguo Cabeza de Dragón, como había sido el caso de Katame. Pues Zaide, como ya se había mencionado, había asesinado a Hayai—. Y que Muñeca había acabado con la mujer y la cría.
Dio una honda calada, dejando que Kaido asimilase toda aquella información. Sabía que, si no se estaba metido de lleno en la historia, como ella ya lo estaba, podía resultar algo confuso al principio.
—Y aquí viene lo mejor, Kaido —aseguró, con una sonrisa torcida—. La mujer y la chica… Eran una chunin y una genin de Uzushiogakure no Sato. Sakamoto Nagisa y Sakamoto Koko. —No, no tenían un exiliado, como había aventurado Kaido. Tenían algo mejor: una jodida venganza.