28/09/2018, 00:30
El gyojin no pudo evitar sonreír a sobremanera, mientras trazaba los párrafos del pergamino con la precisión de un investigador. Qué pequeño tenía que ser el mundo, o cuán juguetón quería ser el destino, para que el primer Cabeza de Dragón fuera nada más y nada menos que un jodido miembro del clan Hōzuki.
¡Un puto Hōzuki, coño!
No sabía si tomarlo como una buena o mala noticia. Por un lado, su relación con los miembros de su clan —con su par de salvedades en Amegakure—. venía siendo bastante caótica, y por sobre todo sangrienta. Pero esa constante no tendría por qué extenderse a un hipotético encuentro con Shaneji, ¿cierto?
Bien hacía énfasis el documento que el tipo era un lunático supremacista. La estirpe, sea lo que significara ese adjetivo para él, era muy importante. ¿Podría ser capaz Kaido de explotar esa coincidencia y usarla a su favor para así ganarse el beneplácito y la confianza de su objetivo?
No iba a saberlo hasta que no diese con él, su pariente; y probase suerte.
Volvió a releerlo una vez más. Y otra. Cerrando los ojos allá cuando debía imaginar una vez más la apariencia de aquel hombre, y enfatizando su memoria para con los detalles de mayor relevancia. Rasgos más característicos tanto físicos como psicológicos. Habilidades destacadas.
Tenía que aprendérselo de memoria.
«Entonces, nuestro primer cordero es un jodido miembro de tu clan. Un sanguinario de los cojones y fanático de la raza pura, lo que sea que signifique esa mierda. Bien, tenemos algo con lo qué trabajar»
Finalmente, tendió el pergamino de Shaneji en la esquina superior izquierda del enorme mesón y, a paso decidido, tomó un pergamino nuevo.
Era el de Kyūtsuki.
¡Un puto Hōzuki, coño!
No sabía si tomarlo como una buena o mala noticia. Por un lado, su relación con los miembros de su clan —con su par de salvedades en Amegakure—. venía siendo bastante caótica, y por sobre todo sangrienta. Pero esa constante no tendría por qué extenderse a un hipotético encuentro con Shaneji, ¿cierto?
Bien hacía énfasis el documento que el tipo era un lunático supremacista. La estirpe, sea lo que significara ese adjetivo para él, era muy importante. ¿Podría ser capaz Kaido de explotar esa coincidencia y usarla a su favor para así ganarse el beneplácito y la confianza de su objetivo?
No iba a saberlo hasta que no diese con él, su pariente; y probase suerte.
Volvió a releerlo una vez más. Y otra. Cerrando los ojos allá cuando debía imaginar una vez más la apariencia de aquel hombre, y enfatizando su memoria para con los detalles de mayor relevancia. Rasgos más característicos tanto físicos como psicológicos. Habilidades destacadas.
Tenía que aprendérselo de memoria.
«Entonces, nuestro primer cordero es un jodido miembro de tu clan. Un sanguinario de los cojones y fanático de la raza pura, lo que sea que signifique esa mierda. Bien, tenemos algo con lo qué trabajar»
Finalmente, tendió el pergamino de Shaneji en la esquina superior izquierda del enorme mesón y, a paso decidido, tomó un pergamino nuevo.
Era el de Kyūtsuki.