9/10/2018, 03:23
Amanecido y con las ojeras dignas de un sonámbulo ataviándole el rostro, el gyojin se adentró en la estancia y tomó asiento, en silencio, cuando ella se lo inquirió. Después meditó la interrogante de Hageshi en su cabeza durante un par de segundos, con los ojos clavados en el pequeño hilo de humo que agonizaba de un cigarrillo a medio acabar.
Kaido clavó los codos en sus rodillas y entrelazó los dedos de ambas manos y asintió, ligeramente.
—Como dijiste ayer, hay dos bazas mucho más accesibles entre los cinco objetivos cuando se trata de dejarme pescar. En un principio creí estar seguro de empezar la misión en Inaka, y que el primer contacto fuera con Kyūtsuki, pero la información de su pergamino no es la más precisa que digamos. Teniendo en cuenta que el encuentro debe ser lo menos fortuito posible y que las circunstancias de mi destino después del exilio han de convencer, creo que mientras mayor información posea, mejor puedo manejar los desenlaces de cualfuera el primer encuentro con Dragón Rojo. Así que —se tronó un par de dedos durante aquella diminuta pausa, y tragó cuanta saliva pudo para continuar con su pequeño discurso—. empezaremos por la opción más obvia: Hōzuki Shaneji. Un miembro de mi clan, con tendencias típicas con las que estoy acostumbrado a lidiar. Tan volátil como un jodido orangután. Si lo que dice su descripción es verídico, no va a pensar en otra cosa sino en darme caza en cuanto me vea. Claro que tengo que poder vencerlo para que la misión no se joda y a partir de entonces, improvisar el camino que me lleve hasta Ryūgū-jō.
»Hay una constante en varios de los informes, y es que no hay una forma establecida de cuál es el proceso para reclamar tu nicho como Cabeza de Dragón. Lo mío deberá ser algo similar. Shaneji va a tener que ser mi contacto, es él quien puede llevarme hasta la que, a mi parecer, debe ser mi siguiente objetivo. Otohime. Esa mujer es la que les hace firmar el contrato. Una vez tenga yo ese tatuaje, tendré la libertad que necesito para encontrar al resto sin que la sospecha cale indefinidamente sobre mis hombros.
Kaido clavó los codos en sus rodillas y entrelazó los dedos de ambas manos y asintió, ligeramente.
—Como dijiste ayer, hay dos bazas mucho más accesibles entre los cinco objetivos cuando se trata de dejarme pescar. En un principio creí estar seguro de empezar la misión en Inaka, y que el primer contacto fuera con Kyūtsuki, pero la información de su pergamino no es la más precisa que digamos. Teniendo en cuenta que el encuentro debe ser lo menos fortuito posible y que las circunstancias de mi destino después del exilio han de convencer, creo que mientras mayor información posea, mejor puedo manejar los desenlaces de cualfuera el primer encuentro con Dragón Rojo. Así que —se tronó un par de dedos durante aquella diminuta pausa, y tragó cuanta saliva pudo para continuar con su pequeño discurso—. empezaremos por la opción más obvia: Hōzuki Shaneji. Un miembro de mi clan, con tendencias típicas con las que estoy acostumbrado a lidiar. Tan volátil como un jodido orangután. Si lo que dice su descripción es verídico, no va a pensar en otra cosa sino en darme caza en cuanto me vea. Claro que tengo que poder vencerlo para que la misión no se joda y a partir de entonces, improvisar el camino que me lleve hasta Ryūgū-jō.
»Hay una constante en varios de los informes, y es que no hay una forma establecida de cuál es el proceso para reclamar tu nicho como Cabeza de Dragón. Lo mío deberá ser algo similar. Shaneji va a tener que ser mi contacto, es él quien puede llevarme hasta la que, a mi parecer, debe ser mi siguiente objetivo. Otohime. Esa mujer es la que les hace firmar el contrato. Una vez tenga yo ese tatuaje, tendré la libertad que necesito para encontrar al resto sin que la sospecha cale indefinidamente sobre mis hombros.