9/10/2018, 20:51
Como no podía ser de otra manera, Daruu reaccionó a la violencia de Ayame con más violencia si cabía. El chico se levantó de golpe, arrastrando la silla tras de sí, y empujó a Ayame con fuerza, que se vio impulsada hacia atrás, tropezó con la silla derribada y terminó cayendo ella también con un gemido de dolor.
—¡Maldita exagerada de mierda! —le gritó—. ¡La hidromiel pluvial no tiene apenas alcohol, maldita amargada!
Aquellas dos últimas palabras fueron como una puñalada en el pecho para Ayame, que ahogó una exclamación.
—¡Joder, no he estado borracho en mi vida! Deja de ponerte así cada vez que no bebo agua, ¿quién eres tú para decirme a mi lo que tengo que hacer y lo que no? ¡Que no me estoy metiendo omoide, hostia!
Temblando de ira, Ayame volvió a reincorporarse con cierta lentitud. Pero lenta no fue su reacción cuando saltó y se abalanzó sobre Daruu con un aullido de rabia. Sin embargo, una garra de hielo se cerró en torno a su brazo antes de que llegara a su objetivo; y cuando se revolvió se encontró con un par de ojos escarchados que la congelaron en el sitio.
—Ayame, ya basta.
Ella no respondió. Le temblaba el labio inferior, en un estúpido intento por contener las lágrimas. Le sostuvo durante un largo rato la mirada, con sus iris prácticamente gritándole un "tú lo sabes". Y cuando Kōri abrió la boca para volver a hablar, Ayame se deshizo de su agarre apartando el brazo bruscamente y salió corriendo de la pastelería, dejando tras de sí un portazo que hizo vibrar todo el edificio. El Jōnin suspiró y se masajeó el puente de la nariz con una mano.
—¡Maldita exagerada de mierda! —le gritó—. ¡La hidromiel pluvial no tiene apenas alcohol, maldita amargada!
Aquellas dos últimas palabras fueron como una puñalada en el pecho para Ayame, que ahogó una exclamación.
—¡Joder, no he estado borracho en mi vida! Deja de ponerte así cada vez que no bebo agua, ¿quién eres tú para decirme a mi lo que tengo que hacer y lo que no? ¡Que no me estoy metiendo omoide, hostia!
Temblando de ira, Ayame volvió a reincorporarse con cierta lentitud. Pero lenta no fue su reacción cuando saltó y se abalanzó sobre Daruu con un aullido de rabia. Sin embargo, una garra de hielo se cerró en torno a su brazo antes de que llegara a su objetivo; y cuando se revolvió se encontró con un par de ojos escarchados que la congelaron en el sitio.
—Ayame, ya basta.
Ella no respondió. Le temblaba el labio inferior, en un estúpido intento por contener las lágrimas. Le sostuvo durante un largo rato la mirada, con sus iris prácticamente gritándole un "tú lo sabes". Y cuando Kōri abrió la boca para volver a hablar, Ayame se deshizo de su agarre apartando el brazo bruscamente y salió corriendo de la pastelería, dejando tras de sí un portazo que hizo vibrar todo el edificio. El Jōnin suspiró y se masajeó el puente de la nariz con una mano.

![[Imagen: kQqd7V9.png]](https://i.imgur.com/kQqd7V9.png)