9/10/2018, 22:31
(Última modificación: 9/10/2018, 22:41 por Amedama Daruu. Editado 2 veces en total.)
La compungida Ayame se lanzó contra un Daruu que no comprendía ni de lejos lo que estaba pasando por su cabeza, y que consideraba aquello una absurda locura propia de una obra de dramaturgos antiguos. El muchacho se apartó a un lado cuando ella estaba a punto de agarrarle, pero Kori tomó su brazo y la detuvo con una gélida y firme advertencia. La kunoichi le sostuvo una incriminatoria mirada a su hermano y terminó por salir de la pastelería a trompicones y dando un portazo que no hizo más que enfadar a Daruu todavía más.
—¿¡Pero qué narices le pasa!? —exclamó, agitando un brazo—. ¡Se ha puesto como una loca!
Los pasos malhumorados de Kiroe temblaron por la escalera que llevaba a su casa. La mujer abrió la puerta con más violencia que con la que Ayame había cerrado la otra.
—¡ME CAGO EN DIOS, DARUU! ¡Te he dicho que cierres con cuidado joder, que la puerta es de cristal.
—Lo siento, mamá. Pero no he sido yo, sino Ayame.
—¿Ayame? ¿Pero qué le has hecho ahora?
—¡Encima!
—¿¡Pero qué narices le pasa!? —exclamó, agitando un brazo—. ¡Se ha puesto como una loca!
Los pasos malhumorados de Kiroe temblaron por la escalera que llevaba a su casa. La mujer abrió la puerta con más violencia que con la que Ayame había cerrado la otra.
—¡ME CAGO EN DIOS, DARUU! ¡Te he dicho que cierres con cuidado joder, que la puerta es de cristal.
—Lo siento, mamá. Pero no he sido yo, sino Ayame.
—¿Ayame? ¿Pero qué le has hecho ahora?
—¡Encima!
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)