9/10/2018, 23:32
(Última modificación: 4/03/2019, 13:37 por Amedama Daruu. Editado 5 veces en total.)
Era un día totalmente normal en Amegakure, con el agua de la lluvia escurriéndose desde los tejados hasta las canaletas. La única diferencia era que las temperaturas eran más bajas de lo habitual gracias al frío entrante del invierno. Quizás las lluvias eran más intensas, pero esta era poca o nula diferencia para los habitantes de la aldea. Era en medio de esta cotidianidad qué Rōga se encontraba acostado en el sofá de la sala de su casa, aburrido enfrente de la televisión. La única razón por la que no se levantaba a cambiar de canal era por la pereza que implicaba mover los músculos para levantarse. Toda su energía habitual se agotó tras regresar de sus viajes.
—Mocoso insensato...— Se asomó un hombre moreno de edad avanzada, apoyándose con un largo bastón. —¿No se suponía qué hoy precisamente ibas a salir a tú primera misión?— Le espetó.
—Ah, maldita sea, es cierto— Admitió mientras se estiraba para desperezarse, aunque seguía acostado. —Acabo de volver del País de la Tierra, no podríamos aplazarlo para dentro de, qué se yo, ¿una semana?— Remató la frase con un largo bostezo.
Una vena se remarcó en la frente del sujeto, apretando con fuerza su bastón mientras se acercaba a paso lento pero firme a dónde se hallaba el genin. Un escalofrío recorrió la espalda de Rōga al percatarse de ello, pero antes de poder abrir la boca para disculparse, fue tomado por el cuello y lanzado con brusquedad a través de la ventana que daba a la calle.
—¡VAS A SALIR AHORA MISMO!— Gritó a todo pulmón, mientras en la parte de afuera el joven Yotsuki trataba de reincorporarse.
—¡Oye! No era necese- PUM, se vió interrumpido por el impacto de una mochila mediamente pesada en su estómago. —Mira abuelo, yo- PLOC, nuevamente le cortaron lo que iba a decir, siendo esta vez un pergamino golpeándole en toda la frente.
—Ni una palabra más, te deben estar esperando a las puertas de la aldea— Dijo el anciano asomándose a través del cristal roto. —Tú lo pediste, ahora te haces responsable. Además de lo que recibas vas a pagar el vidrio— Le terminó de amenazar.
El de cabellos oscuros rechistó, poniéndose en pie mientras se echaba la mochila al hombro. "Qué ya iba ir yo de todos modos hombre." Quiso decirle, pero era mejor guardárselo si no quería llegar hecho añicos a su primera misión.
Se giró sobre sus talones, sonrió, y se puso en marcha hacia la salida de la aldea, mientras el retirado jounin le observaba alejarse. "Veamos de qué se trata" Abrió entonces el pergamino, esperando ver que le deparaba durante la jornada.
Tras cerrar el pergamino se sintió un poco molesto, al darse cuenta que le estaban tratando cómo un novato. "No es que no lo sea, después de todo me gradué el mes pasado apenas, pero aún así es frustrante." se dijo mientras caminaba hacia el sitio indicado, esperando encontrarse con los que serían sus compañeros de equipo y con el cliente.
—Mocoso insensato...— Se asomó un hombre moreno de edad avanzada, apoyándose con un largo bastón. —¿No se suponía qué hoy precisamente ibas a salir a tú primera misión?— Le espetó.
—Ah, maldita sea, es cierto— Admitió mientras se estiraba para desperezarse, aunque seguía acostado. —Acabo de volver del País de la Tierra, no podríamos aplazarlo para dentro de, qué se yo, ¿una semana?— Remató la frase con un largo bostezo.
Una vena se remarcó en la frente del sujeto, apretando con fuerza su bastón mientras se acercaba a paso lento pero firme a dónde se hallaba el genin. Un escalofrío recorrió la espalda de Rōga al percatarse de ello, pero antes de poder abrir la boca para disculparse, fue tomado por el cuello y lanzado con brusquedad a través de la ventana que daba a la calle.
—¡VAS A SALIR AHORA MISMO!— Gritó a todo pulmón, mientras en la parte de afuera el joven Yotsuki trataba de reincorporarse.
—¡Oye! No era necese- PUM, se vió interrumpido por el impacto de una mochila mediamente pesada en su estómago. —Mira abuelo, yo- PLOC, nuevamente le cortaron lo que iba a decir, siendo esta vez un pergamino golpeándole en toda la frente.
—Ni una palabra más, te deben estar esperando a las puertas de la aldea— Dijo el anciano asomándose a través del cristal roto. —Tú lo pediste, ahora te haces responsable. Además de lo que recibas vas a pagar el vidrio— Le terminó de amenazar.
El de cabellos oscuros rechistó, poniéndose en pie mientras se echaba la mochila al hombro. "Qué ya iba ir yo de todos modos hombre." Quiso decirle, pero era mejor guardárselo si no quería llegar hecho añicos a su primera misión.
Se giró sobre sus talones, sonrió, y se puso en marcha hacia la salida de la aldea, mientras el retirado jounin le observaba alejarse. "Veamos de qué se trata" Abrió entonces el pergamino, esperando ver que le deparaba durante la jornada.
Tras cerrar el pergamino se sintió un poco molesto, al darse cuenta que le estaban tratando cómo un novato. "No es que no lo sea, después de todo me gradué el mes pasado apenas, pero aún así es frustrante." se dijo mientras caminaba hacia el sitio indicado, esperando encontrarse con los que serían sus compañeros de equipo y con el cliente.