10/10/2018, 00:31
(Última modificación: 10/10/2018, 00:34 por Umikiba Kaido. Editado 1 vez en total.)
Kaido, sencillamente, asintió también. Partiría esa misma noche. Lloviera, tronara, o relampagueara.
—¿Lo harán público, no? —preguntó. Era evidente que se refería a...—. ¿cuál será la historia? ¿qué le contaréis a la gente?
Su rostro lucía anacrónico. Era una pregunta bastante lacónica, auspiciada por la más pura intriga de lo que Daruu o Ayame oirían de él.
Porque tenía la impresión de que en su caso particular, no tenía potestad de decidir si contar la verdad a sus amigos era necesario. Aunque, ¿creerían ellos los motivos de su exilio?
Quién sabe. Después de todo, él era un Hōzuki.
—¿Lo harán público, no? —preguntó. Era evidente que se refería a...—. ¿cuál será la historia? ¿qué le contaréis a la gente?
Su rostro lucía anacrónico. Era una pregunta bastante lacónica, auspiciada por la más pura intriga de lo que Daruu o Ayame oirían de él.
Porque tenía la impresión de que en su caso particular, no tenía potestad de decidir si contar la verdad a sus amigos era necesario. Aunque, ¿creerían ellos los motivos de su exilio?
Quién sabe. Después de todo, él era un Hōzuki.