—Vale. Primero que nada, déjate un bunshin en la celda. Está atardeciendo y con tanto árbol poco se va a notar que no tiene sombra, al menos hasta que mi padre vuelva. Eso nos dará un poco de tiempo. Venga, no tenemos todo el día. Pon el señuelo y sígueme.
Aquella era una muy buena idea, sin duda, y no se le había ocurrido, por lo que en su mente se vio dándose un golpecito en la cabeza. Se dio la vuelta, realizó los sellos pertinentes y dejó un Bunshin en donde debería estar él, y volvió con Hauru.
—Está listo, vámonos.
La prisa se apoderaba de Riko, lo único que quería era salir de allí cuanto antes, y si para ello tenía que ayudar a aquel chico a eliminar la maldición, lo haría, todo por poder volver a casa sano y salvo.
Aquella era una muy buena idea, sin duda, y no se le había ocurrido, por lo que en su mente se vio dándose un golpecito en la cabeza. Se dio la vuelta, realizó los sellos pertinentes y dejó un Bunshin en donde debería estar él, y volvió con Hauru.
—Está listo, vámonos.
La prisa se apoderaba de Riko, lo único que quería era salir de allí cuanto antes, y si para ello tenía que ayudar a aquel chico a eliminar la maldición, lo haría, todo por poder volver a casa sano y salvo.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»