11/10/2018, 15:30
(Última modificación: 11/10/2018, 15:31 por Amedama Daruu.)
Kori dedicó una disculpa a Kiroe y luego se dirigió a su alumno. Cuando el muchacho empezó a hablar sobre la intolerancia de Ayame, Kiroe, con rostro taciturno, se retiró y volvió a subir por las escaleras, chasqueando con la lengua para ubicarse tal y como le había enseñado la propia Ayame. Daruu consideró el gesto sospechoso, y sólo por esa razón no protestó y dejó que el Hielo siguiera excusando a su hermana. La excusa resultó ser perfectamente válida. Daruu desconocía todo lo que había sucedido en el pasado entre Zetsuo y el alcohol. Pero desde luego comenzó a entender mucho de la relación entre el director de hospital y su hija y del propio Zetsuo, desde el trato distante y a la defensiva que demostraba con todo el mundo hasta la incapacidad de mostrar el menor signo de debilidad.
»No soy el hombre más empático del mundo, pero creo, Daruu-kun, que tiene un miedo terrible a que termines de la misma manera y la abandones, como padre nos abandonó.
—Pero... ¡pero eso es injusto! —protestó Daruu. Cerró los puños con fuerza y se encorvó, apretando la mandíbula con rabia—. Sigue siendo injusto... la entiendo, pero... pero yo no tengo la culpa. Ni siquiera me gusta el alcohol. Simplemente me gusta el sabor de la hidromiel pluvial, y nunca bebo demasiada. —Se dejó caer sobre la silla más cercana y suspiró—. Y ahora se ha ido. Otra vez. Kirishima-san podría estar en peligro de muerte ahora mismo. —O ser el asesino. Pero conocía al dueño de la taberna desde hacía mucho tiempo. Ni siquiera se había planteado la posibilidad—. Y ella se ha marchado.
»¡Mierda! ¿Qué hacemos aún aquí? ¡Kirishima-san! —Se levantó, alarmado, y echó a correr hacia la salida.
»No soy el hombre más empático del mundo, pero creo, Daruu-kun, que tiene un miedo terrible a que termines de la misma manera y la abandones, como padre nos abandonó.
—Pero... ¡pero eso es injusto! —protestó Daruu. Cerró los puños con fuerza y se encorvó, apretando la mandíbula con rabia—. Sigue siendo injusto... la entiendo, pero... pero yo no tengo la culpa. Ni siquiera me gusta el alcohol. Simplemente me gusta el sabor de la hidromiel pluvial, y nunca bebo demasiada. —Se dejó caer sobre la silla más cercana y suspiró—. Y ahora se ha ido. Otra vez. Kirishima-san podría estar en peligro de muerte ahora mismo. —O ser el asesino. Pero conocía al dueño de la taberna desde hacía mucho tiempo. Ni siquiera se había planteado la posibilidad—. Y ella se ha marchado.
»¡Mierda! ¿Qué hacemos aún aquí? ¡Kirishima-san! —Se levantó, alarmado, y echó a correr hacia la salida.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)